EscucharWashington. Los países de la Organización de Estados Americanos (OEA) llegaron hoy al período extraordinario de la Asamblea General sin acuerdo sobre posibles reformas a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), pese a siete meses de intense negociación.
La Asamblea es presidida por el canciller costarricense Enrique Castillo.
La discusión sobre las posibles reformas a la CIDH ha sido impulsada desde hace dos años por Ecuador y otros países descontentos con el trabajo de la Comisión en general y, particularmente, de su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión. Esta ha sido crítica de violaciones a la libertad de expresión en contra de medios ecuatorianos.
En este momento uno de los mayores desacuerdos entre los Estados gira en torno al financiamiento de la Comisión y sus relatorías. Ecuador y países allegados desean que el financiamiento provenga únicamente de los países miembros de la OEA y prohibir que se acepten donaciones de otras procediencias.
No obstante, los Estados nunca han aportado los fondos mínimo necesarios para que la Comisión pueda funcionar. Asimismo, limitar las donaciones eliminaría por completo el presupuesto de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, que funciona gracias a las mismas.
El grupo de Ecuador, Venezuela, Bolivia y Nicaragua llegó hoy a la Asamblea General con una nueva propuesta y el Comisión General inició una session paralela para buscar acuerdo. Roy Chardeton, embajador venezolano en la OEA, declinó dar detalles sobre la propuesta.
En su informe ante los Estados, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, consideró valioso que sean los Estados los que financien los aspectos esenciales de la Comisión y sus relatorías. No obstante, resaltó que “el fortalecimiento de unas no puede significar el debilitamiento de otras”.
Agregó que en el caso de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, “más que limitar esa experiencia, podemos usarla como un modelo para la extensión de otras relatorías”.
Insulza también resaltó “la manera positiva” en que la CIDH ha respondido a las inquietudes de los Estados. A lo largo del último año, la CIDH ha venido haciendo una serie de reformas en respuesta a las críticas planteadas por los Estados, pero manteniendo su autonomía.
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