Dubái. Este sábado, un conjunto de 116 países en la COP28 se comprometió a triplicar sus capacidades de energía renovable para el año 2030.
Además, una veintena de naciones propuso un gesto sin precedentes al comprometerse a triplicar la generación nuclear antes de 2050, marcando así un hito tras décadas de cierto rechazo hacia la energía atómica.
La meta de los países es “trabajar juntos” para elevar las capacidades renovables globales, incluyendo la energía eólica, solar e hidroeléctrica, hasta alcanzar los 11.000 gigavatios (GW), en comparación con los actuales 3.400 GW.
“Distracciones peligrosas”
Expertos en climatología sostienen que para lograr la neutralidad de carbono a mediados de siglo, es imperativo reducir cuanto antes la dependencia de los combustibles fósiles.
El debate entre energías renovables y la opción nuclear ha persistido durante décadas, a pesar de que organismos como la Agencia Internacional de la Energía (AIE) insisten en que ambas opciones son totalmente compatibles.
Los accidentes nucleares de Chernóbil (1986) y Fukushima (2011) fortalecieron las críticas al uso de la energía nuclear, especialmente por parte de grupos ecologistas. Sin embargo, países como Estados Unidos, Francia y Japón se encuentran entre los veinte que están dispuestos a triplicar su producción energética nuclear para mediados de siglo.
John Kerry, enviado especial para el clima de Estados Unidos, señaló que “no se puede llegar al cero neto en 2050 sin algo de energía nuclear”, destacando la importancia de esta fuente.
Jeff Ordower, director para América del Norte del grupo ambientalista 350.org, respondió que “no tenemos tiempo que perder en distracciones peligrosas como la energía nuclear”.
Energía nuclear y su rentabilidad
Según el Instituto Breakthrough, con base en California, para que la energía nuclear avanzada cumpla sus promesas, los responsables políticos deben comprometerse seriamente. Cabe destacar que la última vez que el Banco Mundial financió un proyecto nuclear fue en 1959, según Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Es relevante señalar que la lista de países firmantes de la declaración pronuclear de la COP28 incluye a naciones en desarrollo como Mongolia o Marruecos, así como a países en conflicto como Ucrania, cuyas centrales nucleares están amenazadas por fuerzas rusas, y grandes productores de combustibles fósiles como los Emiratos Árabes Unidos.
De acuerdo con cálculos del OIEA, actualmente, 412 reactores nucleares en 31 países facilitan aproximadamente el 10% de la producción eléctrica mundial, equivalente a 2.545 teravatios (TWh) en 2022.
Comparativamente, la energía nuclear destaca como la opción más rentable en términos de inversión por gigavatio generado en comparación con fuentes renovables, según un informe conjunto de 2020 de la AIE y el OIEA.
Colombia contra los combustibles fósiles
En otro anuncio simbólico, el presidente colombiano Gustavo Petro anunció en Dubái que su país se uniría al Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles.
Colombia, siendo la cuarta potencia petrolera latinoamericana, con cerca de un millón de barriles diarios, se convierte en el primer país no insular en unirse a este tratado, que surgió en 2019 de un grupo de islas en el Pacífico, Asia y el Caribe.
Petro destacó que, a pesar de la posible percepción interna de “suicidio económico”, unirse al tratado es esencial para evitar un “omnicidio”, la muerte integral de todo lo existente.
Además, Estados Unidos anunció en Dubái su compromiso de contribuir con $3.000 millones al Fondo Verde para el Clima, marcando su primer compromiso desde 2014.