Nueva York. AFP. El rechazo de Arabia Saudí a ocupar su banca temporal en el Consejo de Seguridad, tomó ayer por sorpresa a la Secretaría General de la ONU y a numerosos embajadores del Consejo.
Algunos de ellos manejaban la hipótesis de que el reino saudí revisaría esa decisión, que aún no había sido notificada oficialmente al Consejo de Seguridad.
Un eventual reemplazo de Arabia Saudí en el Consejo “es una decisión que corresponde a los Estados miembros”, pero Naciones Unidas “no ha recibido todavía una notificación oficial sobre el tema”, declaró el secretario general, Ban Ki-moon.
Impotencia. Arabia Saudí anunció este viernes su renuncia a ocupar como miembro no permanente el Consejo de Seguridad en protesta por “la impotencia” del organismo ante los conflictos en Oriente Medio, y en particular en Siria.
Estados Unidos hizo poco caso al asunto y afirmó que continuaría trabajando con su aliado. “Esta es una decisión que les pertenece”, declaró la portavoz del Departamento de Estado, Jennifer Psaki.
“El Consejo de Seguridad de la ONU puede jugar un rol importante sobre un extenso número de cuestiones, y ha dado pruebas de ello hace (algunas) semanas”, agregó, en clara referencia a la primera resolución adoptada por el Consejo sobre Siria a finales del mes anterior.
Diplomáticos y expertos dijeron que el gesto de Arabia Saudí estuvo dirigido principalmente a Estados Unidos, que primero amenazó con una intervención militar en Siria pero, posteriormente, se retractó y que ha iniciado diálogos con Irán, archienemigo saudí.
“Es difícil no pensar que la decisión de Riad refleja un enfriamiento de las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudí”, dijo Charles Dunbar, profesor en la Universidad de Boston y exembajador estadounidense en Oriente Medio.
“Siria e Irán parecen ser las dos razones más importantes para el declive de las relaciones”, agregó.
Para el embajador francés, Gérard Araud, falta “sopesar las consecuencias” de la decisión saudí. “Pensamos que el país podría hacer una contribución muy positiva al Consejo de Seguridad, pero comprendemos también su frustración”, declaró, en alusión a las críticas de Riad a la inercia del Consejo frente a la crisis siria.
Desde el comienzo de ese conflicto, Rusia y China han bloqueado proyectos de resolución occidentales contra su aliado sirio.
La elección de 10 miembros no permanentes del Consejo se realiza sobre una base regional, y si Arabia mantiene su decisión, le tocaría al grupo Asia-Pacífico encontrar un nuevo candidato que luego debería ser aprobado en una votación de toda la Asamblea General.
Rusia criticó la decisión “sin precedentes”, calificando de “particularmente extrañas” las razones invocadas por ese país.
Doble moral. Arabia Saudí, un peso pesado en el mundo árabe y que apoya sin reservas a la oposición siria, alegó que tomó su decisión por la política de “doble moral” frente a Oriente Medio.
El Consejo, que cuenta con 15 miembros, renueva cada año cinco de sus 10 bancas de miembros no permanentes. Además de Arabia Saudí, el jueves fueron elegidos Chile, Chad, Nigeria y Lituania.