Ginebra. El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, alertó este lunes que la anunciada ofensiva militar Israelí en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, sería la “sentencia de muerte” para los programas de ayuda humanitaria en el territorio palestino, poco después de que el ejército israelí anunciara un plan de “evacuación” de los civiles.
“La ofensiva a gran escala contra Rafah no sólo sería aterradora para el más de un millón de civiles palestinos refugiados allí sino que marcaría la sentencia de muerte para nuestros programas de ayuda”, advirtió Antonio Guterres en la apertura de la 55ª sesión del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.
El ejército israelí presentó este lunes “un plan para evacuar civiles de áreas de combate en la Franja de Gaza, junto con un plan operativo”, según la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu.
Rafah, en el extremo sur de la Franja, junto a la frontera cerrada de Egipto, es el único punto de entrada de la ayuda humanitaria, que sigue siendo “totalmente insuficiente” para los gazatíes, insistió el alto cargo desde Ginebra.

Gran parte de la comunidad internacional, incluyendo Estados Unidos, principal aliado de Israel, intenta disuadir a Netanyahu de entrar en esta ciudad, donde se hacinan, según la ONU, cerca de 1.5 millones de palestinos, casi todos desplazados.
Pero el dirigente israelí defiende su operación terrestre en el que es, en su opinión, el “último bastión” del movimiento islamista, que gobierna Gaza desde 2007.
“Tiene que hacerse porque la victoria total es nuestro objetivo y la victoria total está al alcance”, insistió el domingo en una entrevista con la cadena estadounidense CBS, cuatro meses después del comienzo de la guerra.
‘Hay lugar en el norte’
El ejército israelí presentó el lunes "un plan para evacuar civiles de áreas de combate en la Franja de Gaza, junto con un plan operativo", según la oficina de Netanyahu.
No trascendió ninguna precisión sobre esta evacuación, pero Netanyahu dijo la víspera a CBS que existe “lugar” para los civiles “en el norte de Rafah, en las zonas donde terminamos los combates”. Pero esos sectores siguen bajo bombardeos israelíes, un corresponsal de esta agencia informó de varios ataques nocturnos en Rafah, Jan Yunis, a pocos kilómetros al norte de Rafah, y Zeitun, en el norte del enclave.
El ministerio de Salud de Hamás, que gobierna en Gaza desde 2007, anunció el lunes que 92 palestinos murieron en esos bombardeos.
La guerra estalló el 7 de octubre cuando milicianos islamistas mataron a unas 1.160 personas, en su mayoría civiles, en el sur de Israel, según un balance de esta agencia basado en datos israelíes. También secuestraron a unas 250 personas, de las que 130 siguen retenidas en el enclave, según las autoridades israelíes.
Israel prometió “aniquilar” a Hamás y lanzó una ofensiva militar contra el enclave que ya dejó 29.782 fallecidos, sobre todo mujeres y menores, según el último balance del gobierno del grupo islamista.
En Cisjordania ocupada, donde la violencia se disparó desde el 7 de octubre, el gobierno de la Autoridad Palestina presentó su dimisión al presidente Mahmud Abbas, criticado por su “impotencia” frente a los bombardeos israelíes en la Franja y el recrudecimiento de la situación en el territorio que controla.

‘Evitar la hambruna’
La situación en la Franja de Gaza no deja de empeorar y 2,2 millones de personas, la inmensa mayoría de la población, se enfrentan a una "hambruna masiva", según la ONU.
Los bombardeos no cesan y la ayuda humanitaria entra a cuentagotas por el paso de Rafah, y depende del visto bueno de Israel, que impuso un asedio total en el enclave. La oficina de Netanyahu indicó el lunes que el ejército también aprobó un plan de suministro de ayuda “que evitará los saqueos”.
Varios palestinos aseguraron a esta agencia que se vieron obligados a comer hojas y alimento para animales para sobrevivir, ya que los pocos convoyes que consiguen llegar al norte son saqueados por la población.
“Nos morimos de hambre”, dice Abdullah al Aqra, de 40 años, refugiado en el oeste de la ciudad de Gaza, tras huir del Beit Lahia, más al norte.

‘Contornos de un acuerdo '
En el plano diplomático, representantes de Egipto, Qatar, Estados Unidos, Israel y Hamás reanudaron el domingo en Doha unas negociaciones de cara a una tregua, a las que seguirán “reuniones en El Cairo”, según el canal AlQahera News, cercano a los servicios de inteligencia egipcios.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, aseguró que, en una reunión en París, representantes israelíes, estadounidenses, egipcios y qataríes “llegaron a un entendimiento” sobre “los contornos básicos” de un acuerdo sobre rehenes para “un cese el fuego temporal”.
Según una fuente de Hamás, catalogado como organización terrorista por Estados Unidos, Israel y la Unión Europea, el plan contiene una tregua de seis semanas y el canje de rehenes por presos palestinos, así como la entrada de una gran cantidad de ayuda humanitaria.
La guerra también avivó las tensiones en la frontera entre Israel y Líbano, donde se producen cruces de disparos diarios entre el ejército israelí y el movimiento proiraní Hezbolá, aliado de Hamás.
Pero este lunes, el ejército israelí bombardeó objetivos del grupo chiita en el este del país, mucho más en el interior del territorio, Hezbolá anunció poco después que lanzó en respuesta 60 cohetes contra una base militar israelí en la meseta del Golán, ocupada.