Era una mañana de enero de 1992, cuando un joven de 18 años se dirigió al corral de los cerdos para alimentarlos en su granja familiar. Su camisa se enredó con un tubo del molinillo a motor, lo levantó del suelo y le hizo perder la conciencia.
Cuando volvió en sí, John Thompson descubrió que el molino le había arrancado los brazos y estaba perdiendo sangre a una velocidad acelerada. No había nadie en casa a quien pedirle ayuda, por lo que tuvo que caminar 50 metros hasta la vivienda principal en Hurdsfield, Dakota del Norte, Estados Unidos.
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Con su boca abrió el pestillo de la puerta y pudo marcar el número de emergencia en el teléfono con un lápiz. Mientras llegaba la ambulancia se metió dentro de la bañera porque quería evitar manchar la alfombra que su madre había comprado recientemente. Cuando llegó a la sala de emergencia, aunque había perdido mucha sangre, pudo mantener conversaciones con los enfermeros que lo estaban atendiendo.
Hasta empezó a pelear con algunos porque le cortaron las botas de vaquero que apenas estaba estrenando. Pero la sorpresa más grande fue cuando vio entrar a unos paramédicos con una bolsa negra grande. Adentro estaban sus dos brazos: habían decidido volver a ponerlos en su cuerpo.
15 minutos de fama
Thompson fue trasladado en un helicóptero, junto a sus extremidades cortadas, a Minneapolis, donde entraría a cirugía. El Dr. Allen van Beek le devolvió sus brazos, pero el joven tuvo que permanecer en coma inducido por cuatro semanas para que pudiera recuperarse y aun así tuvo una infección en la sangre que lo obligó a continuar en el Hospital North Memorial.
En ese centro médico tuvo que someterse a numerosas cirugías adicionales y muchas terapias para recuperar parte de la movilidad. La arriesgada cirugía llamó la atención de la prensa nacional e internacional. Fue invitado a la Casa Blanca y hasta a cantar el himno nacional estadounidense en un partido de béisbol en el que jugaban los Minnesota Twins. Incluso apareció en la revista ‘People’.
Lamentablemente, debido a que Thompson perdió una gran cantidad de sangre, no guardó las memorias de muchas vivencias que tuvo en esos años. “He estado tres veces en Washington, conocí a los Clinton y no recuerdo nada”, explicó en una entrevista para ‘AG Week’, un medio local de Dakota del Norte, el estado donde nació.
Contar su historia de manera honesta
Cuando cumplió una década tras el terrible accidente, decidió escribir un libro llamado ‘Volver a casa en una sola pieza’. Sin embargo, hoy en día considera retomar esa historia y contar detalles que sintió que no podía relatar a inicios de los 2000.
“Cuando lo escribí por primera vez eran tiempos distintos. Hubo cosas que no incluí porque me decían que me harían quedar mal”, explicó en la entrevista a inicios del 2022 con ‘AG Week’.
Se refiere a instantes en que las personas no entienden que su accidente lo dejó con una discapacidad permanente y no tiene movilidad completa en sus manos. Relató que en ocasiones le han buscado pelea directamente por no poder dar la mano cuando se encuentra con gente que lo reconoce en la calle.
“Creen que no los saludo porque me siento superior que ellos, pero no es eso. En realidad no puedo dar la mano”, explicó Thompson. Además, se quejó de los trámites ante las autoridades para que sea reconocido legalmente como discapacitado en Estados Unidos, pues no puede tener un trabajo con un ingreso estable.
Asimismo, para poder recibir el seguro por discapacidad, que cubre sus gastos médicos, no puede ganar más de cierto monto de manera fija. Esto le imposibilitó en muchas ocasiones crecer a nivel profesional.
Ya cumplió 30 años desde el accidente que casi le quita la vida. Aunque esto dejó marcas permanentes en su cuerpo, sigue encontrando una gran felicidad en saber que su historia inspiró a otros con experiencias similares.
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On a January day in 1992, an accident on a central North Dakota farm forever changed John Thompson's life. The then-high school senior's arms were severed by a tractor's power intake and successfully reattached in an eight-hour surgery. pic.twitter.com/za3YMQ0UiD
— Law-Abiding-Psycho (@LAPsycho_) August 24, 2020