Washington. Mientras las noticias giran alrededor del secuestro en México de cuatro estadounidenses, dos de los cuales fueron asesinados, un detalle en particular volcaron la atención: las víctimas cruzaron la frontera en busca de tratamiento médico.
La revelación evidenció el flujo constante del llamado turismo médico desde Estados Unidos hacia su vecino del sur: los estadounidenses cruzan la frontera en busca de tratamientos a menor costo o a los que no pueden acceder en su país, pese a los riesgos de viajar a un país conocido por la violencia armada relacionada con el narco.
Los estadounidenses hacen el viaje para todo, desde procedimientos dentales o cirugías cosméticas hasta tratamientos para el cáncer.
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La industria en México creció sostenidamente en las últimas dos décadas -con una pausa durante el covid-19- que en 2018 se valoró en un poco más de $5.000 millones, según el estatal Banco Nacional de Comercio Exterior.
México es uno de los principales destinos en el mundo para el turismo médico, pese a que el país debe luchar contra una imagen negativa asociada al crimen organizado y la violencia de los cárteles del narcotráfico.
Sin embargo, los riesgos asociados al turismo médico están relacionados más con una atención deficiente si no se escoge bien al prestador del servicio de salud que con “la violencia política o social”, dijo Josef Woodman, director ejecutivo de Pacientes Sin Fronteras, una consultora especializada en el cuidado médico internacional.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos también advierten sobre el riesgo de recibir servicios de salud potencialmente precarios cuando se trata de turismo médico, así como la posibilidad de infección o la dificultad para comunicarse con el personal sanitario.
Los cuatro estadounidenses llegaron a Matamoros, una ciudad con alta criminalidad en el estado de Tamaulipas, uno de los más afectados por la violencia. Incluso el Departamento de Estado recomienda a sus ciudadanos evitar por completo la zona citando el secuestro como uno de los riesgos.
“Atención de primera”
En todo caso, no se trata de un estado particularmente conocido para el turismo de salud, dijo Woodman, debido a que carece de la infraestructura médica que sí tienen otras regiones.
Lejos de amedrentarse por la trágica noticia, Woodman dijo que el correo de su organización estuvo “inundado durante las últimas 36 horas” de solicitudes de interesados en viajar para someterse a procedimientos.
Hace apenas unos días, la jubilada de Colorado Amber O'Hara le recomendó a su amiga la misma clínica dental mexicana a la que viajó varias veces para recibir tratamiento.
"El costo es la razón por la que voy", dijo O'Hara, enfatizando que, sin embargo, la atención es de primera categoría.
“Me sentí muy cómoda y confiada en todos los aspectos del tratamiento y definitivamente volvería otra vez si lo necesito”, indicó.
Su dentista tiene consultorio en la localidad de Los Algodones, en el estado de Baja California y en la frontera con Arizona, apodada “ciudad Molar” por la cantidad de establecimientos para tratamiento dental que atienden a extranjeros. O’Hara señaló que es un lugar que evitaría porque “allí ocurrió más de una mala situación”.
Costos “prohibitivos”
Ella es una de los 1,2 millones de estadounidenses que viaja cada año a México para recibir atención médica, estima Pacientes Sin Fronteras.
El tratamiento dental es uno de los procedimientos más comunes y más buscados, según los CDC, junto a la "cirugía, cirugía cosmética, tratamientos de fertilidad, transplante de órganos y tejidos y tratamiento contra el cáncer".
Woodman dijo que las cirugías para controlar el peso, que no cubren los seguros de los pacientes en Estados Unidos, son uno de los objetivos más comunes entre los estadounidenses que cruzan a México.
La principal razón para viajar a México sigue siendo la falta de acceso a procedimientos que se consideran "no disponibles o no aprobados", según los CDC, junto al enorme gancho de los precios bajos, que pueden ser en promedio un 40% o 60% más baratos para los estadounidenses, de acuerdo con Woodman.
Un estudio de 2020 que encuestó a más de 400 personas que cruzaron la frontera entre Estados Unidos y México arrojó que el 92% citó los costos como el factor clave para elegir el turismo médico.
"En Estados Unidos tenemos el sistema de salud más caro del planeta", sentenció Elizabeth Ziemba, presidenta de Medical Tourism Training, un grupo de entrenamiento y consultoría.
"La posibilidad de tener que gastar una enorme cantidad de dinero para acceder al servicio de salud en Estados Unidos es prohibitiva para algunas personas, así que buscan alternativas más rentables".
Sin embargo, añadió que al buscar en el exterior es crucial investigar en profundidad al proveedor de servicios de salud y el destino, pues la atención deficiente a menudo aparece con un precio tentador.
“Exhorto a la gente a que realmente haga esa tarea”.