El sector gastronómico de Nicaragua demandó urgentes medidas de alivio ante el golpe provocado por la pandemia del coronavirus, que dejó al menos 70% de negocios cerrados, pese a que el gobierno no ha impuesto medidas restrictivas.
Dueños de restaurantes, bares, pizzerías, cafeterías y discotecas pidieron al gobierno una moratoria de seis meses en el pago de impuestos y cargas sociales, declaró a la AFP, el presidente de la Cámara Nicaragüense de Restaurantes y Similares (Canires), René Hauser.
También, solicitan una prórroga de cuatro meses en sus compromisos con la banca y la suspensión en el pago de servicios de agua, energía y alquiler de locales, según un comunicado de Canires.
"Las medidas que estamos solicitando son necesarias para que el deterioro del sector no incremente a niveles irreversibles" y se pueda retomar las operaciones después de la crisis sanitaria, explicó el dirigente.
Este sector genera unos 30.000 empleos en más de 2.000 negocios, en su mayoría pequeños y medianos, de los cuales 70% han cesado sus operaciones como efecto de la pandemia, dijo Hauser.
Los restaurantes nicaragüenses sufrieron un duro golpe con la crisis desatada en 2018 a partir de la represión a una ola de protestas antigubernamentales, y ahora la pandemia ha agravado su situación, lamentó.
"La gente no visita los restaurantes por temor al contagio, no es que haya un decreto que tenemos que cerrar. Cerramos por falta de clientes", señaló Hauser.
La llamada "zona rosa" en el oeste de Managua, donde se concentran bares, restaurantes y discotecas, luce desolada, en contraste al bullicio que la caracteriza.
Algunos establecimientos se mantienen con servicio a domicilio, pero los locales están cerrados porque sale más caro abrir con pocos clientes.
La COVID-19 ha dejado 14 personas contagiadas y 4 fallecidos en el país, según cifras oficiales, aunque epidemiólogos independientes estiman que los contagios superan las 200 personas.