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Aung San Suu Kyi y otros miembros de la delegación de Birmania escucharon los alegatos de los acusadores, este martes 10 de diciembre del 2019 en el primer día de audiencias del caso por genocidio contra los rohinyás en la CIJ, en La Haya. (FRANK VAN BEEK/AFP)
La Haya. La otrora ícono de la democracia birmana, Aung San Suu Kyi, escuchó el martes los llamados de Gambia, en nombre del mundo musulmán, para que Birmania “cese el genocidio” contra la minoría rohinyá, en el primer día de audiencias ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
La premio Nobel de la Paz de 1991 compareció al frente de la delegación birmana ante la CIJ para garantizar ella misma la defensa de su país, de mayoría budista, acusado de cometer abusos contra la minoría musulmana rohinyá en el 2017.
Desde agosto del 2017, unos 740.000 rohinyás se refugiaron en Bangladés para huir de los abusos del Ejército birmano y de las milicias budistas, calificados de “genocidio” por investigadores de las Naciones Unidas.
Miles de personas desfilaron el martes en varias ciudades de Birmania para apoyar a Aung San Suu Kyi, cuya imagen se ha deteriorado en la comunidad internacional por su apoyo a los generales del país.
Gambia, en nombre de los 57 Estados miembros de la Organización de la Cooperación Islámica (OCI), inició una acción judicial contra el país del sureste asiático considerando que violó la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, un tratado del Derecho Internacional aprobado en 1948.
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El exministro de Justicia de Gambia Abubacarr Marie Tambadou expuso los reclamos de los musulmanes sobre el trato de Birmania a los rohinyás, este martes 10 de diciembre del 2019 en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya. (FRANK VAN BEEK/AFP)
“Todo lo que Gambia pide es que digan (a Birmania) que ponga fin a estas matanzas sin sentido, que cesen estos actos de barbarie y este genocidio contra su propio pueblo”, insistió el martes el ministro gambiano de Justicia, Abubacarr Tambadou, delante de los jueces de la Corte.
La CIJ, principal órgano judicial de las Naciones Unidas, creada en 1946 para solucionar los diferendos entre Estados miembros, celebra las primeras audiencias sobre este sensible caso de martes a jueves.
Por ser musulmanes
“Cada día en que no hacemos nada muere más gente, son violadas más mujeres y quemados vivos más niños. ¿Qué crimen cometieron? Solamente el de haber nacido en una religión diferente” denunció Tambadou, exfiscal del Tribunal Penal Internacional para Ruanda.
“Otro genocido se produce ante nuestros ojos, pero no hacemos nada para detenerlo” agregó.
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Vestida con un traje tradicional birmano, Aung San Suu Kyi, de 74 años, escuchó las declaraciones de las víctimas rohinyás, entre ellos el de una madre cuyo hijo de un año fue muerto a golpes y el de una mujer embarazada de ocho meses que fue violada varias veces.
En Birmania, los simpatizantes de la jefa de facto del gobierno se congregaron en varias ciudades. “Debemos apoyarla pues ha viajado para defender la dignidad de nuestro país”, declaró Thant Zin, un habitante de Rangún de 57 años, que portaba pegatinas con la efigie de Suu Kyi.
VIDEO: 🇳🇱 Nobel peace laureate Aung San #SuuKyi leaves the International Court of Justice (ICJ) in The Hague on Tuesday, where she faced calls for Myanmar to "stop the genocide" of Rohingya Muslims as she personally led her country's defence pic.twitter.com/PMOcMAnv4B
— AFP News Agency (@AFP) December 10, 2019
Las autoridades birmanas mantienen, por su parte, que los militares no hicieron más que reaccionar a los ataques de la rebelión rohinyá, y que no hubo limpieza étnica ni genocidio.
La imagen de Suu Kyi, de 74 años, quien en un pasado no tan lejano era mencionada junto a grandes nombres como Nelson Mandela o Mahatma Gandhi, se ha visto empañada desde que tomó posición del lado de los generales del Ejército birmano.
El martes, Gambia pidió a la CIJ medidas urgentes para poner fin a los “actos de genocidio en curso” en Birmania, a la espera de la decisión definitiva sobre el caso, lo que podría demorarse años.
Rohingya refugees gather in the camps of Bangladesh chanting “Gambia, Gambia” as the country takes its case accusing Myanmar of genocide to the International Court of Justice.
— Kaamil Ahmed (@KaamilAhmed) December 10, 2019
Aung San Suu Kyi will defend Myanmar herself. pic.twitter.com/XVzIrVG7tg
Aung San Suu Kyi debe presentar el miércoles la defensa de Birmania y se convertirá así en una de las primeras dirigentes en dirigirse personalmente a los jueces de la Corte.
La CIJ solo estableció el delito de genocidio en una ocasión: la masacre de 8.000 hombres y niños musulmanes en 1995 en el pueblo de Srebrenica, en Bosnia.
La Nobel de la Paz deberá defender que la CIJ no tiene competencia en el caso, que el Ejército birmano atacó solo a los rebeldes rohinyás y que el país es perfectamente capaz de realizar sus propias investigaciones.
“Lo mejor que puede hacer Suu Kyi para restaurar su imagen a ojos del mundo es decir que se ha cometido perjuicio contra los rohinyás”, estimó Abdul Malik Mujahid, imán que dirige la asociación de Burma Task Force, que defiende la causa de los rohinyás. “Sin esto, su defensa será ridícula”.