Tel Aviv. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, descartó este miércoles un alto el fuego en la guerra de Israel en Gaza contra Hamás sin haber logrado antes “la eliminación” de la organización islamista palestina.
"Continuaremos con la guerra hasta el final. Esta continuará hasta la eliminación de Hamás, hasta la victoria. Aquellos que piensan que pararemos viven desconectados de la realidad", aseguró Netanyahu en un video difundido por su gabinete.
"No detendremos los combates hasta que hayamos logrado nuestros objetivos: la eliminación de Hamás, la liberación de los rehenes y la supresión de la amenaza procedente de Gaza", añadió.
El primer ministro israelí hizo estas declaraciones coincidiendo con una visita este miércoles a Egipto del jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, para participar en conversaciones sobre un alto el fuego en Gaza.
Un dirigente de Hamás dijo que “un alto el fuego total y una retirada del ejército de ocupación israelí de Gaza son condiciones necesarias para cualquier intercambio” entre rehenes israelíes y prisioneros palestinos.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas también debate esta semana un proyecto de resolución para acelerar el envío de ayuda humanitaria en Gaza.
El proyecto de resolución inicial pedía un "cese duradero" de las hostilidades, pero la votación se aplazó dos veces y los miembros del Consejo de Seguridad buscan la fórmula adecuada para evitar el veto de Estados Unidos, principal aliado de Israel.
Hamás busca un acuerdo en Egipto
El jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, llegó este miércoles a Egipto para participar en conversaciones sobre un alto el fuego en Gaza, después de que Israel indicara que estaba dispuesto a aceptar una nueva pausa a cambio de la liberación de rehenes.
Tras más de dos meses de guerra y ante la presión internacional, las dos partes parecen estar dispuestas a pactar una segunda tregua. La primera, que duró una semana, condujo a la liberación de 105 rehenes en manos de Hamás y de 240 palestinos detenidos en cárceles israelíes.
Ismail Haniyeh, radicado en Catar, llegó este miércoles a Egipto, según el movimiento islamista palestino, que gobierna en la Franja de Gaza desde 2007 y que está clasificado como organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea e Israel.
Al frente de una delegación “de alto nivel”, Haniyeh debe reunirse con el jefe de los servicios de inteligencia egipcios, Abbas Kamel, y las discusiones se centrarán en “detener la agresión y la guerra, preparar un acuerdo sobre la liberación de prisioneros (palestinos) y poner fin al asedio impuesto a la Franja de Gaza”, explicó el martes una fuente de Hamás.
En el encuentro, se tratarán “numerosas propuestas, incluida la de una tregua de una semana a cambio de que Hamás libere a 40 prisioneros israelíes”, dijo una fuente próxima a Hamás, aludiendo a los rehenes retenidos en Gaza.
No obstante, según un dirigente de Hamás, “un alto el fuego total y una retirada del ejército de ocupación israelí de Gaza son condiciones necesarias para cualquier intercambio” entre rehenes israelíes y prisioneros palestinos.
Según una fuente de Yihad Islámica, un movimiento palestino aliado de Hamás, el jefe de esa organización, Ziad al Nakhala, también viajará a El Cairo la próxima semana.
Por su parte, el presidente israelí, Isaac Herzog, declaró el martes que su país está “listo para otra pausa humanitaria y ayuda humanitaria adicional para facilitar la liberación de rehenes”.
Israel prometió destruir Hamás, en el poder en Gaza desde 2007, después de que el movimiento palestino atacara Israel el 7 de octubre, matando a unas 1.140 personas, la mayoría civiles, según un recuento basado en las últimas cifras oficiales israelíes.
Unas 250 personas fueron tomadas como rehenes en el ataque, 129 de las cuales siguen en Gaza, según las autoridades israelíes.
En el territorio palestino, 19.667 personas, en su mayoría mujeres, niños y adolescentes, murieron por los bombardeos israelíes, según las últimas cifras del Ministerio de Salud de Hamás.
Negociaciones entre bastidores
Según el portal de noticias Axios, David Barnea, el jefe del servicio israelí de inteligencia Mosad, se reunió en Europa con el primer ministro catarí, Mohamed bin Abdulrahman Al Thani, y el director de la CIA, Bill Burns, para discutir un posible acuerdo de liberación de rehenes.
Una fuente cercana a esas negociaciones indicó a AFP que “las conversaciones continúan” después de “una reunión constructiva a principios de esta semana en Varsovia”.
“El objetivo es llegar a un acuerdo sobre la liberación de los rehenes (...) a cambio de una tregua y una eventual liberación de (prisioneros) palestinos”, añadió.
Las negociaciones también continuarán el miércoles en la ONU. Desde el lunes, el Consejo de Seguridad ha sido incapaz de adoptar una resolución para acelerar el envío de ayuda humanitaria a Gaza.
La votación se ha aplazado dos veces y los miembros del Consejo buscan la fórmula adecuada para evitar el veto de Estados Unidos, principal aliado de Israel.
Crisis humanitaria
Mientras tanto, Israel sigue bombardeando Gaza.
Fuentes de Hamás indicaron el miércoles por la mañana que al menos 11 personas murieron en bombardeos nocturnos en Rafah, Jan Yunis (sur), Deir el Balah (centro) y en el norte de la ciudad de Gaza.
Uns horas más tarde, el Ministerio de Salud gazatí, dirigido por Hamás, denunció que al menos 12 personas murieron en Rafah.
“Nos despertó una enorme explosión”, contó a la AFPTV Samar Abu Luli, una residente del campo de refugiados de Shabura, en esa localidad del sur del enclave. “Logramos escapar de milagro [...]. ¿Pero adónde ir? No hay ningún lugar, ninguna escuela, ninguna mezquita ni clínica ni ningún hospital. Todo fue destruido”.
El ejército israelí, que perdió a 134 soldados desde finales de octubre, informó que desde el martes bombardeó 300 objetivos y que efectuó una operación en un centro de control y comando de Hamás en Jan Yunis, en el sur del enclave palestino.
Bajo el asedio total de Israel desde el 9 de octubre, el territorio palestino se enfrenta a una profunda crisis humanitaria: la mayoría de sus hospitales están fuera de servicio y el 85% de su población, es decir, 1,9 millones de personas, ha huido de la destrucción en el norte del enclave para refugiarse en el sur.