Niamey. Francia e Italia comunicaron este martes que evacuarán a sus ciudadanos y a otros europeos de Níger, seis días después de un golpe de Estado que destituyó a uno de los últimos líderes prooccidentales en esa región de África, donde operan varios grupos yihadistas.
El presidente Mohamed Bazum fue derrocado el 26 de julio por su propia guardia, en el tercer golpe de estado en la región después de los perpetrados en Malí y Burkina Faso.
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Tras las manifestaciones hostiles del pasado domingo frente a la embajada francesa en Niamey y las acusaciones de Níger de que Francia conspira para intervenir militarmente, el gobierno de París anunció la evacuación de sus ciudadanos y ofreció la posibilidad de evacuar a otros europeos.
La embajada francesa declaró: “Se está preparando una operación de evacuación por vía aérea”, y agregó que las evacuaciones se llevarán a cabo muy pronto en un lapso de tiempo limitado.
En Berlín, el ministerio de Exteriores instó a los alemanes en Niamey a utilizar los vuelos de evacuación de Francia, ya que se estima que menos de 100 civiles alemanes están en el país.
Una fuente francesa reveló que se utilizarán aviones de transporte militar desarmados, con capacidad para llevar a más de 200 personas. Se estima que hay 600 franceses en Níger, excluyendo a los turistas o los residentes que actualmente se encuentran fuera del país.
Hamidou Ali, un nigerino de 58 años, expresó: “No tenemos ningún problema con los franceses ni con los europeos, tenemos un problema con los gobiernos europeos”.
En Roma, el gobierno dijo que estaba organizando un “vuelo especial” para aquellos que quieran abandonar el país y aclaró que “no era una evacuación”. Alrededor de 90 italianos están en Niamey, dentro de un total de casi 500 en todo el país.
La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), una organización regional, impuso el domingo sanciones a Níger, advirtió que podría usar la fuerza y dio a los golpistas una semana para reinstalar a Bazum.
Al día siguiente, la junta militar acusó a Francia de intentar “intervenir militarmente”, algo que París niega, mientras que Malí y Burkina Faso, gobernados por militares, advirtieron que cualquier intervención en Níger sería una “declaración de guerra” contra ellos.
Níger es un país semidesértico, uno de los más pobres e inestables del mundo a pesar de sus importantes reservas de uranio, que ya experimentó cuatro golpes de Estado desde su independencia en 1960.
Bazum llegó al poder en 2021 tras ganar las elecciones que marcaron la primera transición pacífica del poder en Níger. Sin embargo, su mandato ya estuvo marcado por dos intentos de golpe de Estado antes de los acontecimientos de la semana pasada, cuando fue detenido en su residencia oficial por miembros de su guardia presidencial de élite.
El jefe de la guardia, el general Abdurahaman Tiani, se declaró líder del país pese al rechazo internacional de la Cedeao, la Unión Africana, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Francia, Estados Unidos y la Unión Europea.
El golpe generó preocupación en los países occidentales que luchan por contener una insurgencia yihadista en la región, la cual comenzó en el norte de Malí en 2012, se extendió hacia Níger y Burkina Faso tres años después y ahora amenaza las fronteras de varios estados frágiles en el Golfo de Guinea.
La violencia yihadista dejó un número desconocido de civiles, soldados y policías muertos en toda la región. En Burkina Faso, alrededor de 2,2 millones de personas tuvieron que abandonar sus hogares.
Francia llegó a tener aproximadamente 5.400 soldados en la zona como parte de la misión antiyihadista denominada Barkhane, con apoyo de aviones de combate, helicópteros y drones.
Sin embargo, el año pasado tuvo que retirar sus tropas de Malí y Burkina Faso, y ahora tiene alrededor de 1.500 hombres, la mayoría de ellos desplegados en Níger.