La Habana. AFP. El líder cubano Fidel Castro rompió su silencio de casi seis semanas sobre la histórica reconciliación entre Estados Unidos y Cuba, para declarar que, aunque desconfía de su viejo enemigo, no rechaza los acuerdos para normalizar las relaciones diplomáticas .
“No confío en la política de Estados Unidos ni he intercambiado una palabra con ellos, sin que esto signifique, ni mucho menos, un rechazo a una solución pacífica de los conflictos”, manifestó Castro, de 88 años y retirado del poder en el 2008, en una carta leída el lunes en la noche en la televisión cubana y reproducida ayer en todos los medios estatales.
Sin embargo, el padre de la Revolución cubana no criticó el acuerdo de normalizar relaciones anunciado el 17 de diciembre por su hermano y sucesor, Raúl Castro, y el presidente estadounidense, Barack Obama, que fue saludado por gran parte del mundo .
“El presidente de Cuba ha dado los pasos pertinentes de acuerdo a sus prerrogativas y las facultades que le conceden la Asamblea Nacional (Parlamento) y el Partido Comunista de Cuba”, escribió en la carta, dirigida a la Federación Estudiantil Universitaria.
“Cualquier solución pacífica y negociada a los problemas entre Estados Unidos y los pueblos o cualquier pueblo de América Latina, que no implique la fuerza o el empleo de la fuerza, deberá ser tratada de acuerdo con los principios y normas internacionales”, señaló el exgobernante, quien fue el ausente en el histórico acercamiento bilateral.
Optimismo. Estas declaraciones fueron calificadas como una “señal positiva” por Washington.
“Tomamos sus referencias a las normas internacionales y los principios como una señal positiva y esperamos que el Gobierno cubano los implemente para una Cuba democrática, próspera y estable”, dijo la vocera del Departamento de Estado, Jen Psaki.
“No tengo un análisis de la influencia que tiene en la jerarquía cubana”, agregó.
“El artículo de Fidel Castro tiene su sello y estilo. Recuerda que el Gobierno cubano tiene y tendrá entre sus componentes un ala revolucionaria con la que el proceso de acercamiento entre los dos países tendrá que contar. No hay un abandono del celo revolucionario en función del pragmatismo en política exterior, sino una calibración del balance entre esos componentes”, expresó el analista cubano Arturo López-Levy, de la Universidad de Nueva York, quien añadió: “Existe el imperativo de una mejor relación con Estados Unidos, pero el Gobierno cubano tanto como el norteamericano tienen que lidiar con los legados de su propia historia”.
La carta está fechada el lunes, cuatro días después de que Cuba y Estados Unidos sostuvieron en La Habana sus primeras conversaciones de alto nivel en 35 años, de cara al restablecimiento de relaciones, rotas en 1961, dos años después del triunfo de la revolución de Fidel , que marcó un giro de la Isla hacia el comunismo.
Castro no comentó los rumores sobre su deceso, que circularon por las redes sociales y medios extranjeros, en especial el 9 de enero, al cumplirse la víspera un año desde su última aparición en público. La última foto suya publicada data de agosto.