
Washington. Estados Unidos anunció el lunes “por error” que estaba preparando su retirada de Irak, después de que el Parlamento iraquí reclamó la expulsión de fuerzas extranjeras en respuesta a la muerte, en Bagdad, del general iraní Qasem Soleimani, a quien millones de iraníes despidieron este lunes en Teherán.
El comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak mandó entregar -en mano, según un funcionario militar estadounidense en Bagdad- una carta al número dos del Ejército iraquí, en la que explicaba que respetaba “la decisión soberana (del Parlamento iraquí) que ordena (su) partida”.
Pero el jefe del Estado Mayor en Washington anunció poco después que se trataba de un error y que la carta era en realidad un "borrador".
Previamente, el secretario de Defensa, Mark Esper, había negado que las tropas estadounidenses fueran a retirarse de Irak. Afirmó que “no hay ninguna decisión de abandonar Irak ... No se ha tomado una decisión de abandonar Irak. Punto”.
En Bagdad, sin embargo, el estruendo de los helicópteros seguía resonando, mientras que la misiva avisaba que aumentarían los desplazamientos de helicópteros ante una eventual salida.
Tras la votación del Parlamento iraquí del domingo, el presidente estadounidense, Donald Trump, había amenazado con imponer sanciones "muy fuertes" a Irak.
El retiro de las tropas estadounidenses podría socavar el combate contra el Estado Islámico (EI) y permitir el resurgimiento de los extremistas. Miembros del EI con frecuencia realizan ataques en el norte y oeste de Irak, ocultándose en las agrestes zonas desérticas y montañosas.
Además, las fuerzas de seguridad iraquíes dependen de Estados Unidos en cuestiones logísticas y de armamento para perseguirlos.
Un retiro estadounidense también podría permitir que Irán extienda su influencia en Irak, que al igual que el primer país cuenta con una población mayoritariamente chiita.
“No es tan fácil”, advirtió el analista político libanés Ibrahim Bayram. “Esto incrementaría las complicaciones dentro de Irak, los conflictos y contradicciones... y el enfrentamiento, político y no político, entre iraníes y estadounidenses”.
Salidas anteriores
La votación del domingo para sacar del país a 5.200 elementos de tropa de Estados Unidos en Irak requiere de la aprobación del gobierno iraquí. Pero resalta el profundo deterioro en las relaciones entre Washington y Bagdad en medio de las crecientes tensiones entre Estados Unidos e Irán después del ataque en el que el general iraní Qasem Soleimani fue abatido cerca del aeropuerto de Bagdad.
Estados Unidos retiró a sus tropas de Irak en el 2011, pero volvieron en tres años después por invitación del gobierno para ayudar en la batalla contra el Estado Islámico. Los extremistas sunitas se habían apoderado de extensas zonas del norte y el oeste, incluyendo la segunda ciudad más grande de Irak, Mosul, después del colapso de las fuerzas de seguridad iraquíes.
Una coalición encabezada por Estados Unidos proporcionó el crucial respaldo aéreo mientras las tropas iraquíes, incluyendo milicias con respaldo de Irán, se reagrupaban y expulsaban al EI, en una campaña que se prolongó por tres años.

A diferencia de los despliegues estadounidenses previos, que se regían por el Acuerdo sobre el Estatuto de las Fuerzas que delineaban claramente las reglas de terminación, las tropas estadounidenses se encuentran actualmente en Irak con base en una solicitud mucho menos formal presentada por el entonces primer ministro Nouri al-Maliki.
La presión ha ido en aumento para exigir el retiro de tropas estadounidenses desde la caída del EI enel 2017, particularmente entre las facciones leales a Irán. Pero el llamado para su salida incrementó en medio de la indignación que provocó el ataque de la semana pasada en el que murió Soleimani y otros altos líderes de la milicia iraquí.
El domingo, Abdul-Mahdi pidió al Parlamento tomar “medidas urgentes” para garantizar la salida de las fuerzas extranjeras del país. En una clara señal de división, la sesión fue boicoteada por varios legisladores sunitas y kurdos que se oponen a la cancelación del acuerdo con Estados Unidos, y la mayoría de los legisladores que votaron eran chiitas.
No está claro qué medidas podría tomar Abdul-Mahdi tras la votación en el Parlamento. Los expertos discrepan sobre si, tras haber presentado su renuncia, aún tiene la autoridad para pedir la terminación de la presencia estadounidense.