Coatzacoalcos. AFP. Escenas de angustia y llanto de familiares de trabajadores reportados como desaparecidos se repetían, este jueves, en las cercanías de una petroquímica conocida como Pajaritos, al este de México, sacudida el miércoles por una fuerte explosión que dejó un saldo preliminar de 24 muertos .
Unas 300 personas se agolparon en el cordón de seguridad establecido por un centenar de militares en torno a la Petroquímica Mexicana de Vinilio, copropiedad de Petróleos Mexicanos (Pemex, estatal) y de la privada Mexichem, que opera la planta localizada en Coatzacoalcos, Veracruz.
“Queremos que nos los entreguen; si no nos dejan pasar nos vamos a pasar por la mala”, manifestó, indignada, Guadalupe Torres, quien buscaba a su hermano Fernando, de 21 años, y quien cumplía su última semana de un trabajo temporal.
Limitaciones. Por momentos, los militares batallaban por contener a las personas, cuyos reclamos se agudizaron cuando llegaron camionetas de servicios periciales y vehículos militares.
Al final, con lista en mano, los militares permitían el acceso a grupos pequeños de personas para que recibieran informes sobre el destino de sus seres queridos.
Un obrero que sobrevivió a la explosión y que guardó el anonimato por temor a represalias, relató a periodistas que había unos 300 trabajadores al momento del incidente y que una fuga comenzó por la mañana, unas cinco horas antes del estallido fatal.
“Estaba en la parte de atrás cuando se vino la primera explosión, vimos cómo los vidrios se colapsaban, los fierros cómo se doblaban porque es un material viejísimo. Con la segunda explosión vi cómo volaban los cuerpos desde los andamios”, añadió antes de irrumpir en llanto pues compañeros suyos murieron.
El presidente Enrique Peña Nieto envió, durante un acto público, un mensaje de solidaridad para las víctimas y sus familiares y anunció que recorrería el sitio de la explosión.
Las víctimas son en su mayoría trabajadores de la planta Pajaritos, que se ubica en la costa del golfo de México. Los familiares de obreros temían que los desaparecidos sean muchos más.
José Antonio Galicia, empleado de una firma contratista del complejo y que estaba a unos metros del lugar al momento de la deflagración, denunció que la planta “avisó” porque venía registrando fugas desde semanas atrás.
“La causa fue una fuga. La pregunta es por qué se escaparon esos gases de los contenedores. Todo indica que fue un accidente”, dijo a Radio Fórmula el director general de Pemex, José Antonio González Anaya.
José Antonio Puente, coordinador nacional de protección civil de la Secretaría de Gobernación, informó por la mañana del saldo fatal de 13 muertos, 136 heridos, 13 de ellos graves, y 18 desparecidos.
La vida en Coatzacoalcos, de unos 235.000 habitantes, volvió a su normalidad la mañana de este jueves, con comercios abiertos y carros transitando por las calles, aunque las clases fueron suspendidas.
A la distancia, apenas se alcanzaba a divisar una ligera columna de humo, constató un periodista de la AFP mientras que autoridades de protección civil y de Pemex han asegurado que el siniestro ha sido controlado.
En los últimos años se han registrado distintos percances en instalaciones de Pemex ya sea por accidentes dentro de las plantas o por explosiones en ductos de gasolina que son perforados por grupos criminales que trafican este combustible.
Uno de los siniestros más aparatosos se registró en enero del 2013 cuando 37 personas murieron por un estallido en la sede de Pemex en Ciudad de México.
En setiembre del 2012, una explosión de gas en una planta en la ciudad de Reynosa (Tamaulipas) dejó un saldo de 30 trabajadores muertos.
Pemex, que aporta poco menos de 20% a los ingresos del país, afronta la caída de los precios internacionales de petróleo, el robo de combustible por parte del crimen organizado y una drástica baja de su producción, de 3,4 millones de barriles diarios en el 2004 contra 2,2 millones en el 2015.