Los emprendimientos costarricenses de base tecnológica (startups), incluyendo iniciativas de tecnología financiera (fintech), exploran cada vez más oportunidades de capital de riesgo fuera del país, con su mira especialmente enfocada en Latinoamérica y Estados Unidos.
Avify es una startup que ofrece un sistema de gestión de pedidos para que las empresas consoliden sus ventas de múltiples canales (tienda física, tienda en línea, redes sociales y aplicaciones de mensajería como Whatsapp). Empezó obteniendo $30.000 de capital con aportes de amistades y familiares, a lo que sumó ingresos por últimos contratos de un emprendimiento anterior.
Luego se vincularon con Caricaco, una iniciativa de apoyo a startups, siempre con el plan de pasar del mercado local a Centroamérica, México y Colombia. “No tener presencia en otros mercados de más volumen es, posiblemente, la primera barrera en la mayoría de los casos”, dijo Pedro Gutiérrez, director de Avify. Esa visión fue clave para su primer gran hito.
Antes de Semana Santa, Avify fue elegida entre 1.040 proyectos de América Latina por 500 Global, una firma de capital de riesgo con sede en California que ha invertido $2.700 millones en startups, como uno de los 10 emprendimientos que recibirían $60.000 cada uno y el ingreso a su programa de aceleración Batch 15.
Obtener inversión en Latinoamérica y EE. UU. es factible actualmente para las startups y fintech locales, en buena parte por el apetito existente de financiar proyectos en etapa temprana en la región, incluso en la actual coyuntura de incertidumbre económica global. “Es el mejor momento para levantar capital en Latinoamérica”, afirmó Mauricio Miranda, gerente general de Caricaco, que cuenta con un fondo llamado Despegar y una alianza con Newtopia VC para financiar iniciativas en Centroamérica.
La misma 500 Global destacó que en el 2021 se invirtieron unos $19.000 millones en América Latina, lo que sería más del triple de los niveles de 2020: “un número que en sí mismo ya era un récord”.
De la misma manera, hay más interés de las personas emprendedoras para tener acceso a inversión y los programas de alto nivel. En las últimas siete ediciones del programa de Y Combinator, una reconocida aceleradora con sede en Massachusetts que también facilita el acceso a inversión, aumentó la cantidad de startups de Latinoamérica.
“Aunque casi el 80% del capital (en Latinoamérica) fue invertido en startups de Brasil y México, todos los países de la región se vieron beneficiados”, aseguró Allan Boruchowicz, fundador y socio gerente de Carao Ventures, que en julio del 2021 lanzó un fondo de $35 millones para inversiones de $50.000 a $2 millones en startups en etapas presemillas y Serie B (para crecimiento) a nivel regional. Ya completó 12 inversiones, cuatro de ellas en fintechs.
Más que antes
En Costa Rica se encuentran fondos de capital de riesgo como Carao Ventures, Despegar, de Caricaco, (que invierte $50.000 por empresa) e Invert Up (impulsada por ParqueTec), así como Invermaster (fintech y criptomonedas). Algunos, cuentan con el aporte de inversionistas individuales que prefieren este tipo de vehículos.
Es más de lo que había hace media década, aunque insuficiente incluso en el estado actual del ecosistema emprendedor donde, al tiempo que la banca se orienta a sectores tradicionales debido a las regulaciones financieras, el Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) tampoco se ve como solución, pese a que su cartera suma 525.862 créditos de ¢3,35 millones en promedio, el 95% en micros y pequeñas empresas.
“Banca para el Desarrollo definitivamente no es una opción, pues funciona como la banca normal”, señaló Allan Matarrita, emprendedor y cofundador de The Sonar Company, una startup que desarrolló una solución para generar contenidos a los móviles mediante una tecnología de ondas de sonido.
Sonar fue fundada cuando los ejecutivos de las startups costarricenses Tico Fut (dedicada a fantasy sports, donde los usuarios juegan y ganan puntos) y Quantic (especializada en contenido) recibieron una inversión para participar en un programa de la aceleradora Velocity TX, con sede en San Antonio, Texas. Ambas ingresaron a esta mentoría tras un proceso seguido con ParqueTec.
La nueva startup identificó oportunidades de mercado e inició pruebas con la empresa que administra los equipos de los Spurs en diferentes deportes antes de la pandemia. Luego de ser elegida —junto con nueve startups— por Comcast NBCUniversal StartUp Accelerator, en junio del 2021, recaudó $1 millón de inversionistas estadounidenses, retomó el proyecto con los Spurs y empezó a explorar negocios con otras firmas, incluyendo equipos de hockey y televisoras en EE. UU.
Así que las opciones locales de inversión para startups dependen de inversionistas ángeles, empresas de gestión de patrimonios familiares (family offices) e iniciativas corporativas junto a las firmas de capital de riesgo.
Esta fuente de capital podría aumentar si los inversionistas locales tuvieran menos aversión al riesgo, más sofisticación, claridad sobre cómo los proyectos en etapa de presemilla generan un retorno superior. Además, son necesarios aportes que cubran los costos de desarrollar un producto mínimo viable para mercados de mayor volumen y alta rentabilidad.
Las incubadoras, aceleradoras y firmas de capital de riesgo realizan un esfuerzo adicional para acercar startups y fintech locales a aceleradoras y fondos de México, Colombia, Argentina, Chile y EE. UU. En América Central también estarían presentes fondos de entre $3 millones y $20 millones como Innogen Capital Ventures, Pomona Capital, Amador Holding e Invariantes Fund que invierten de $50.000 a $500.000 en proyectos en etapa temprana.
Los fondos locales e internacionales aportan experiencia, conocimiento, contactos, acompañamiento, identificación de oportunidades comerciales, atracción de talento para complementar al equipo fundador, acceso a nuevos recursos, empuje local y al exterior y validación (especialmente si son marcas reconocidas) para la construcción de una propuesta robusta, atractiva y exitosa que permita ingresar en mercados.
Se requiere, por el otro lado, startups preparadas para recibir inversión, propuestas con altos retornos e iniciativas que pasen de ser interesantes a atractivas, con la tracción necesaria para competir en mercados de mayor tamaño. El reto es generar confianza, casos de éxito y equipos con potencial. Existen posibilidades. “Hay bastante talento. Las startups tienen soluciones que pueden impactar a América Latina”, dijo Rodrigo Villalta, gerente del Fondo Despegar de Caricaco.
También se requiere ser proactivos, pues el negocio de capital de riesgo es selectivo y se basa en la meritocracia. “Podrían haber en el país más propuestas innovadoras y menos copycats (imitaciones), que piensen de forma regional desde el inicio”, recomendó Boruchowicz, de Carao.
La inversión en startups y fintech también genera un efecto multiplicador. “Los fundadores de startups se convierten en inversionistas o socios de algún fondo”, destacó Juan Monge, cofundador y director de Zunify, una fintech costarricense con una solución de pagos que opera en 10.000 comercios y se ofrece a más de 500.000 consumidores.
Zunify anunció recientemente que recibió $1 millón de la firma canadiense Loyal VC, la cual ha invertido en más de 200 startups en 46 países, e inversionistas ángeles de EE. UU. y Costa Rica. Fue más de lo que esperaba obtener.
El capital le permitirá enfocarse ahora en la consolidación de la empresa, el incremento de la cantidad de usuarios y el mayor uso de la solución, todo eso con miras a dar otros saltos en el futuro.