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Una guerra de tarifas entre Uber y Lyft ha provocado pérdidas multimillonarias en Estados Unidos a las dos empresas de taxis por aplicación, que luchan entre sí en busca de pasajeros y conductores.
Sin embargo, en cierto sentido ha favorecido a los inversionistas, que compraron las acciones tras las Ofertas Públicas Iniciales (OPI) de ambas empresas: las pérdidas han espantado a la competencia, lo que ha dado lugar a un duopolio de hecho en casi todas las ciudades del país.
Las compañías, ambas con sede en San Francisco, han perdido $13.000 millones en conjunto aplicando el mismo modelo de negocio: personas que usan sus propios autos para transportar pasajeros que los localizan mediante apps. Por eso, Uber y Lyft probablemente seguirán ofreciendo tarifas bajas, lo cual es una buena noticia para los pasajeros, pero pondrá a prueba la paciencia de los inversionistas.
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Ante la falta de perspectivas inmediatas de obtener ganancias, ninguna otra empresa se siente incentivada para seguir su ejemplo, dijo la codirectora del Centro de Investigación para la sostenibilidad del transporte de la Universidad de California, Berkeley, Susan Shaheen.
Incluso si otro rival se atreviera a entrar al mercado, probablemente le sería difícil recaudar suficiente dinero para representar una amenaza viable después de que Uber y Lyft pasaron la última década obteniendo miles de millones de dólares de los capitalistas de riesgo. En las últimas seis semanas, recaudaron $10.400 millones más mediante sus OPI recién completadas.
“Solo hay un duopolio porque ambas compañías tienen suficiente capital para competir entre sí y nadie más lo hace”, opinó Michael Ramsey, analista de la firma Gartner.
Es probable que esta situación continúe hasta que cualquiera de las decenas de compañías que intentan crear coches autónomos perfeccione su tecnología como para poder lanzar una red de taxis robot que permita prescindir de conductores humanos. Este avance podría permitirles reducir sus tarifas por debajo de los precios que Uber y Lyft cobran actualmente.
Waymo, una empresa desincorporada de Google, no ha ocultado su intención de abrirse camino en el mercado del transporte por app con una flota de coches autónomos desarrollados con una tecnología en la que ha estado trabajando desde hace una década.
Waymo lanzó un servicio de transporte con camionetas robot en el área de Phoenix hace cinco meses, pero actualmente sólo 1.000 personas están autorizadas a utilizarlo.
Waymo es propiedad de la empresa matriz de Google, Alphabet Inc, que tiene un capital de $113.000 millones en efectivo.
En su documento de OPI, Uber enumeró a Waymo como una amenaza potencial junto con Tesla, Cruise Automation de General Motors y Apple. Lyft también citó a Waymo y Apple entre las compañías que podrían socavar su posición como el segundo servicio de transporte por app más grande.
Sin embargo, la mayoría de los expertos creen que todavía pasarán muchos años antes de que la tecnología de los coches sin conductor llegue al punto en que pueda soportar una gran flota de robotaxis.
