Existe una receta para asegurarse de que los esfuerzos se conviertan en resultados. Se la denomina “marco lógico”. Se la puede aplicar tanto al logro de una determinada calificación en un examen, a la obtención de un cliente, o al abatimiento de la pobreza extrema en un país.
Podemos escribir páginas sobre cómo mejorar el rendimiento en un examen. Pero el esquema esencial es el siguiente: El objetivo es obtener una buena calificación. Para ello es necesario que “produzcamos” un buen conocimiento sobre los contenidos. Esto se logra si dedicamos tiempo a estudiarlos. Horas de estudio, se traducen en buen conocimiento, si y solo si, se dispone de los libros adecuados, se estudia con atención y se realizan ejercicios.
Conviene que siempre que se diseñe una actividad, un programa o un proyecto, se explicite su diseño conceptual y se lo someta a crítica.
A tal fin son indispensables los siguientes pasos:
• Señalar la necesidad o propósito a los cuales apuntan los productos de la actividad (la buena calificación).
• Señalar los productos que se debe obtener para satisfacer la necesidad o propósito (el conocimiento sobre la materia de examen).
• Señalar los medios que conducirán a los productos (horas de estudio). Los medios son tanto recursos como forma de operarlos. Para clavar un clavo se necesita un martillo y una forma de martillar.
• Detenerse a examinar críticamente los pasos anteriores. Como parte de ello:
• Aplicar “ingeniería del valor” la cual consiste en analizar si esos medios son la mejor forma de obtener los productos o si con otros medios menos costosos se pueden obtener los mismos productos. (¿Conviene leer más o hacer más ejercicios o ir a un grupo de estudio?)
• Señalar las condiciones necesarias para que operen los enlaces; esto es, para que los productos satisfagan la necesidad y para que los medios generen los productos. (¿Qué se necesita para que las horas de estudio produzcan conocimiento? ¿Y para que el conocimiento produzca una buena calificación?)
Activismo no es eficacia. La buena resolución de problemas no consiste en apilar acciones. Todos sabemos hacer, pero no todos sabemos hacer eficazmente. Existe la buena suerte. Pero conviene más apostarle al diseño cuidadoso. Así no hay que andar cruzando los dedos ansiosamente.