El ingreso y egreso de remesas en Costa Rica todavía no se recupera del golpe que le asestó la crisis económica.
En el primer trimestre de este año, la entrada de esos envíos de dinero bajó un 16% respecto al mismo lapso del año anterior, con lo cual alcanza siete trimestres consecutivos de descenso.
La salida de remesas bajó un 8% y tiene cuatro trimestres seguidos de disminuir, según la balanza de pagos trimestral que publicó el Banco Central.
En montos, en el primer trimestre los hogares costarricenses recibieron casi $109 millones en remesas, de las cuales un 86% proviene de sus familiares radicados en Estados Unidos.
Los envíos sumaron $57 millones; de estos, un 73% tuvo como destino Nicaragua, un 14% Colombia, y el resto, otros países.
Para Juan Carlos Vargas, investigador de este tema en el Centro Centroamericano de Población, de la Universidad de Costa Rica (UCR), este sector tiene un comportamiento “rezagado”.
“Con ello quiero decir que debe transcurrir un tiempo para generar confianza en la persona que envía de que efectivamente se ha recuperado y existen condiciones para seguir enviando su aporte a la familia”, explicó Vargas.
En San Carlos, zona norte, trabajadores nicaragüenses dijeron que no les ha quedado más camino que enviar menos dinero a su país.
“En enero, yo mandaba a mi familia en El Coral de Río San Juan, hasta $90 mensuales. En los últimos tres meses solo pude enviar $60”, expresó Sandra López, quien trabaja en labores agrícolas en Pocosol, San Carlos.
“El año pasado hubo meses que llegué a enviar hasta $150 mensuales a mis padres en Zelaya Central. Actualmente, y con dificultad, les mando $80”, afirmó Eugenio Torres, quien labora en una piñera.
En Costa Rica, el envío de remesas es casi la mitad del ingreso; no obstante, es muy importante para las familias nicaragüenses.
De acuerdo con el estudio