A escala nacional, se contabilizan cerca de 10 diferentes ferias que promueven la venta de productos agrícolas certificados como orgánicos.
Tal certificación se convierte en un indicativo de que el producto está libre de fertilizantes y pesticidas.
Pero, ¿sobre quién recae directamente la responsabilidad de determinar que los productos agrícolas o procesados que se venden sean realmente naturales? Tanto para los organizadores de los mercados como para la Dirección de Apoyo al Consumidor del Ministerio de Economía y el propio Ministerio de Agricultura (MAG), esta es una tarea que recae en mayor medida sobre los visitantes.
Son estos los que resguardan esa calidad.
Mayra López, presidenta de la Asociación de Productores y Consumidores Orgánicos de Costa Rica (Aproco), y administradores de la feria orgánica El Trueque en Paso Ancho, explicó que ellos realizan un primer filtro, exigiéndoles a sus más de 22 oferentes certificaciones orgánicas, la mayoría de ellas obtenidas desde entes privados.
Sin embargo, manifestó como un deber del consumidor preguntar quién está certificando el producto “y el productor está en la obligación de presentar el certificado otorgado por la agencia”.
“Nosotros también contamos con un sistema de control interno para inspeccionar este aspecto. Además, vamos a visitar a los productores y hacemos giras con los mismos consumidores, cada cierto tiempo, para que ellos verifiquen la procedencia de los productos que se ofrecen”, dijo López.
El Trueque sobresale como pionera en la venta de orgánicos, con más de 10 años de operar. Hoy, la misma feria cuenta con una certificación y unas 500 personas, en promedio, visitan el espacio.
Controles similares son gestados desde la Dirección de la Feria Verde, en barrio Aranjuez. La exigencia a sus productores de tener el certificado orgánico a la vista es su primer filtro.
Para Susana González, una de las administradoras del espacio, tal ejercicio no sería válido si el consumidor lo pasara por alto.
“Las agencias que certifican a los productores nos visitan para velar por esas distinciones y, por nuestra parte, nosotros realizamos visitas de rigor a cada uno de los puestos para validar la calidad de los productos y que cumplan con la normativa”, agregó González.
La Feria Verde contabiliza la visita de cerca de 2.300 visitantes durante los fines de semana, un número que, en sus inicios, hace cinco años, apenas alcanzaba las 600 personas.
Y es que justamente esa mayor afluencia de visitantes a los distintos espacios, es lo que ha hecho a autoridades como el Ministerio de Economía (MEIC) prestar atención a la satisfacción de los clientes.
Cynthia Zapata, directora de la Dirección de Apoyo al Consumidor de esa cartera, recordó la importancia de un consumidor activo.
“Si la persona que va a esas ferias entiende que hay un proceso de certificación detrás, entonces que lo exija. El abordaje correcto es que antes de solamente denunciar, nos eduquemos”, expresó Zapata.