Los altos costos de producción y la competencia internacional figuran como causantes de una fuerte caída del 29%, el año pasado, en el volumen de producción de tilapia en Costa Rica.
Ante la baja en la competitividad en el país, tres empresas productoras cerraron las operaciones de tilapia, mientras pequeños piscicultores se organizan para seguir abasteciendo el mercado local.
En los últimos 10 años, el volumen de producción de esa especie cayó en un 45%, de acuerdo con las cifras publicadas en el Boletín Estadístico Agropecuario, de la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria (Sepsa), adscrita al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Las cifras indican que, en el 2019, se cosecharon 17.923 toneladas de tilapia mientras que, para el año pasado, la suma alcanzó apenas 12.654 toneladas.
Aunque en el 2020 se acentuó la disminución, el volumen de producción de ese pez de agua dulce viene en problemas desde años atrás.
En el 2010, la cosecha estaba en 23.034 toneladas, por lo que las cifras del 2020 significan una disminución del 45% con respecto a aquel año.
En caso de tomar para la comparación las cifras del 2019, con un poco más de volumen de extracción, la caída con respecto al 2010 es de un 22%, según las cifras oficiales de Sepsa, basadas en informes del Departamento de Acuicultura del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca).
Los datos de Sepsa-Incopesca establecen que, en el 2010, había 680 hectáreas de estanques, mientras que, en el 2019, eran ya 560 hectáreas y, el año pasado, el área dedicada a la actividad bajó a 247 hectáreas.
Pese a los problemas causados por los bajos costos en países competidores, productores pequeños se mantienen y fortalecen su actividad, con miras a abastecer el mercado local con la carne de ese pez.
Uno de esos casos es la alianza de las empresas Bazapez, Aprotila de Guatuso y la Asociación de Productores de Tilapia del Lago Arenal, quienes desarrollan un proyecto y tienen mercado al colocar en el Programa de Abastecimiento Institucional (PAI), del Consejo Nacional de Producción (CNP).
Factores
Carlos Alvarado, jefe del Departamento de Fomento Acuícola del Incopesca, explicó que efectivamente hay un problema de competitividad para el sector de producción de tilapias con respecto a otros países.
Recordó que los costos de producción de Costa Rica son comparativamente muy altos y la actividad está dividida entre las empresas que producen con miras a exportar al mercado estadounidense y pequeños productores, cuyo producto se vende en el país.
El primer problema se presentó con la producción a muy bajo costo y en grandes volúmenes en China. Ese país tiene la capacidad de colocar filetes o pescado congelados en muchos países y especialmente en Estados Unidos, el mercado meta de los exportadores costarricenses.
Empero, la desventaja de China es que debe congelar el producto, en vista de las largas distancias.
Tal situación fue aprovechada por Costa Rica para mantenerse en el mercado estadounidense, pues ofrece el producto refrigerado y fresco, apenas a unas cuantas horas de haberse cosechado, comentó el biólogo marino Alvarado.
Sin embargo, Honduras se convirtió en los años más recientes en el más fuerte competidor, con grandes áreas de espejo de agua (estanques) y con costos de producción mucho más baratos. Ese proveedor también manda el producto fresco, refrigerado, y en pocas horas lo puede tener en EE. UU.
En el país, las cadenas comerciales también han comenzado a abastecerse con producto a bajo precio de China.
En lo relativo a la merma de producción del 2020, Alvarado dijo que la empresa El Pelón de la Bajura suspendió la producción a inicios del año, lo cual supuso 5.000 toneladas anuales menos, solo por este caso.
Anteriormente, la empresa Hacienda La Pacífica, en Cañas, también había suspendido la producción y Tilapias del Sol cerró años atrás.
Rommel Porras, de la empresa Bazapez, explicó que hace unos cuatro años emprendieron un proyecto en las instalaciones de lo que era Tilapias del Sol. Luego formaron una alianza con los productores del Lago Arenal y con la Asociación de Productores de Tilapia (Aprotila), de Guatuso.
Esos tres grupos, resaltó Porras, se han unido para desarrollar un programa, mediante el cual le venden al PAI del CNP y colocan a hoteles de Guanacaste y otras zonas mediante un puesto adquirido en el Mercado Regional Mayorista Chorotega. También venden mediante rutas de distribución.
Los grupos de pequeños productores formaron la Cámara de Acuicultores de la Zona Norte, mediante la cual pretenden el mejoramiento de la actividad. Uno de los objetivos es instalar una industria en la región, donde se pueda procesar el pez para obtener los filetes.
Alvarado, por su parte, consideró que la producción de tilapia y otra acuicultura de agua dulce (camarones, pargo rojo y otros) tiene un gran futuro en Guanacaste, por la disponibilidad de agua que habrá si se concreta el proyecto Paacume (Programa de Abastecimiento de Agua para Guanacaste) y su gran embalse.