El nuevo ministro de Agricultura y Ganadería (MAG), Renato Alvarado, buscará la manera de fortalecer el programa de transferencias de recursos no reembolsables a organizaciones agrícolas mediante el presupuesto de la entidad, pese a las dificultades de financiamiento.
El jerarca afirmó que acordó con el presidente de la República, Carlos Alvarado, un fortalecimiento de estos programas pero si logran demostrar resultados.
"Así es como se debe trabajar, no pedir plata porque sí. Una de las grandes debilidades del sector productivo agropecuario es que los proyectos se plantean, se les dan recursos, y al final de la historia no logramos ver el resultado", aseveró Alvarado.
Esto sucede mientras dicho programa de transferencias fue recibido por el gobierno pasado, en el 2014, con financiamiento aprobado de ¢2.400 millones, pero lo entregó a la actual administración con un previsto de apenas ¢600 millones para este 2018, según un informe preparado por la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria (Sepsa), adscrita al MAG.
El anterior ministro del MAG, Luis Felipe Arauz, aseguró que la caída en los recursos se debió exclusivamente a falta de presupuesto y no a pérdida de apoyo al programa.
El programa financia a organizaciones agropecuarias, cooperativas, centros agrícolas cantonales, municipalidades, fundaciones y uniones de productores que presenten a concurso iniciativas de desarrollo.
Durante los cuatro años del Gobierno pasado se transfirieron recursos por ¢6.414 millones que beneficiaron a 76 proyectos, para un aproximado de 12.851 beneficiarios, según el informe de Sepsa. Los recursos salen del presupuesto del MAG.
Entre el 2014 y el 2017 se entregaron recursos no reembolsables a 35 asociaciones, 24 cooperativas (Incluye un consorcio), 14 centros agrícolas cantonales, una municipalidad, una fundación y una unión de productores.
Según el ministro Alvarado, el intento por mejorar los recursos disponibles para este programa, tras la caída de los últimos cuatro años, se inscribe en el objetivo general de darle prioridad a los programas a las zonas de menor desarrollo.
Algunos casos
Un resumen de las ayudas directas no reembolsables, entregadas entre el 2014 y el 2017, indica que, por ejemplo, se le dieron ¢139 millones al Centro Agrícola Cantonal (CAC) de Desamparados, para una planta agroindustrial cafetalera amigable con el ambiente.
El resumen indica que la planta empezó a operar en enero del 2016 y que 69 familias cafetaleras comercializan la producción, logrando mejorar precio del café de la zona de Frailes y sus alrededores.
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Otros ¢100 millones ayudaron a la Asociación de Horticultores de Irazú (Asohori) para producción, acopio, secado y comercialización de cebolla amarilla, en Tierra Blanca de Cartago. Este proyecto está en reestructuración debido a solicitud de la organización local.
La Asociación Cámara de Pescadores Artesanales de Puntarenas recibió otros ¢100 millones para la adquisición de balizas para el sistema de seguimiento satelital a la flota pesquera nacional. El plan está en ejecución, según el MAG.
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Una transferencia de ¢150 millones se le aprobó al CAC de Poás, para un proyecto de modernización de la feria del agricultor. Se adquirió un terreno y se gestiona ayuda con el Instituto de Desarrollo Rural (Inder) para construir las instalaciones.
La región Brunca (sur) es la zona que recibió más ayuda entre el 2014 y el 2017, pues ahí se colocaron un 18% del total de recursos. La regiones Huetar Norte (San Carlos y la zona fronteriza), Pacífico Central y Central Occidental (Grecia, Poás y otros cantones) recibieron cada una un 16% del presupuesto de los cuatro años.
Las de menor entrega de recursos fueron la subregión Sarapiquí y la Huetar Caribe, cada una con un 2% del total entregado en el periodo.