Los envíos al exterior de plantas y flores por parte de Costa Rica no crecen. El país pasó de exportar $168 millones en 2011 a $154 millones cuatro años después.
De acuerdo con información suministrada por la Promotora de Comercio Exterior (Procomer), las cifras significan una caída acumulada cercana al 11%, siendo el periodo entre el 2012 y 2013, cuando más se contrajo ese crecimiento.
El sector brinda dos razones que explican ese comportamiento: los altos costos de producción, como la tarifa eléctrica y que uno de sus principales mercados, la Unión Europea, no crece económicamente a ritmos favorables.
Diego Gil, presidente de la Cámara de Plantas, Flores y Follajes de Costa Rica, lo confirma y agrega, además, que el sector tiene el reto de volverse cada vez más competitivo, por ejemplo, invirtiendo en mejor infraestructura que les permita llegar a producir en ambientes controlados y ajenos a los impactos climáticos.
“Todo va encadenado, requerimos de un mejor acceso al crédito también, y eso depende de políticas de gobierno, por citar algo”, agregó Gil.
Mayor presión. El gremio tampoco ve que la tendencia se llegue a revertir en el corto o mediano plazo. Por el contrario, se suman condiciones que podrían complicar aún más la colocación de producto en el exterior.
En mayo del presente año, la Unión Europea impuso una restricción fundamentada en medidas fitosanitarias para las plantas ornamentales para cultivo de Costa Rica.
Con ello se afectó las exportaciones, principalmente, de la planta de la variedad Phoenix, de las cuales Costa Rica siembra entre 700 y 800 hectáreas.
Cerca del 36% del valor total de envíos de plantas ornamentales de Costa Rica se dirige a países de la Unión Europea (UE), sostiene Procomer.
Por otra parte, el segundo mayor destino de colocación para las flores y plantas costarricenses, Estados Unidos, reportó un decrecimiento en sus importaciones de flores frescas.
En los últimos cincos años, el país norteamericano pasó de comprar a a sus socios comerciales un valor de $850 millones a $670 millones en flores cortadas, según señaló la Promotora en una alerta comercial.
“Vemos esto como respuesta a un cambio en los hábitos de consumo del estadounidense. Hay que analizar si se debe replantear la forma en que comercializamos nuestros productos en ese país, pero, por el momento, no vemos un mayor impacto”, detalló el presidente de la Cámara.
La exportación de flores y capullos a Estados Unidos ha mantenido un crecimiento mínimo anual del 0,4% desde el 2010, al igual que los envíos de plantas ornamentales, que apenas han crecido un 0,5% anual para ese mismo periodo, hasta alcanzar los $34 millones en 2014.
Ferias como aliadas. Desde la perspectiva de los productores, las ferias que realiza la Promotora se consideran como una de las salidas más viables a la hora de plantearse rutas de escape que les permita hacer crecer sus envíos, pues, en la mayoría de los casos, les ofrece la opción de conseguir más y nuevos compradores, así como concretar la entrada a nuevos mercados.
Algunas de esas ferias son Fruit Logistica y Anuga. Así como la IPM Essen, que se lleva a cabo en Alemania.
“Estas actividades pueden aportar a nuestros canales de comercialización. Somos productores de nicho y eso se tiene que trabajar”, comentó Bernardo Vargas, director de la Cámara.