En 19.000 hogares del país, el papá es el único que está en la casa con los hijos para cambiar pañales, cocinar, jugar, llevarlos a la escuela o al colegio, apoyarlos con las tareas, recoger notas y asumir su crianza.
“Cuando mi esposa y yo nos divorciamos, en el año 2000, acordamos que yo me encargaría del cuido de mis cuatro hijas. Así empezó una aventura de amor de la que no me arrepiento”, narró un padre de familia de Zapote, quien solicitó ser identificado como Eduardo Retana, aunque no es su nombre real.
Retana, de 44 años, cuida de una niña de 8 años, unas gemelas de 15 y una joven de 21 años.
La realidad de su casa es similar a la de casi la mitad de los otros papás solos del país, quienes tienen hijos de entre cero y 25 años.
Sin embargo, el tamaño de su familia rompe la regla porque, en promedio, cada uno de los padres solos vela por dos niños.
Los datos provienen de un estudio de la Unidad de Inteligencia de Datos de La Nación que, con base en los censos del 2000 y 2011, determinó que en Costa Rica, las familias monoparentales jefeadas por hombres se duplicaron en la última década.
Aun así, el porcentaje de estos hogares (2% del total) no supera al de aquellos donde las mujeres asumen solas la formación de sus hijos (12% o 151.500 en números absolutos).
Sin embargo, sin importar si es el padre o la madre el que asume en solitario la crianza, siempre se les carga de estereotipos.
“Vivimos en una sociedad juzgadora y esquizofrénica, en donde si el hombre cría solo a sus hijos se le etiqueta de pobrecito o de superhéroe, sin que sea ninguno de los dos.
”Es un adulto y, como tal, no hay razón por la que no pueda velar por sus hijos”, explicó Rocío Chaves, directora del Instituto de Estudios de Género de la Universidad Estatal a Distancia (UNED).
¿Cómo son? Seis de cada 10 papás solos (60%) tienen empleo, primordialmente en el agro, comercio o manufactura. Los demás (40%) son pensionados, se dedican a oficios domésticos o viven de las rentas.
Este tipo de familias se concentran en las zonas costeras: Limón, Puntarenas y Guanacaste.
Además, dos de cada cinco son divorciados o separados; mientras uno de cada cuatro es viudo.
Apoyo. En la crianza, los consejos familiares son la enciclopedia para abordar las preguntas clásicas de un niño o adolescente .
“ En la vida, nadie te enseña a ser papá. Mis hijas me preguntaban dónde estaba la mamá, tambiénsobre educación sexual y cómo vestir que para uno, al inicio, era muy complicado . Mi hermana y mi mamá fueron el apoyo perfecto para responderles”, relató Retana.
Para este padre, la mejor herencia para sus cuatro hijas es la transmisión de valores como el temor a Dios, la unión familiar , el respeto, la paciencia, la humildad y la honestidad.
“Han habido momentos difíciles, pero hay una adrenalina que ellas me inyectan a diario y que recargan con sus abrazos y sus gestos”, contó Retana.