Lo que debería ser época de felicidad, alegría, paz, compartir y muchas risas, para algunas personas significa todo lo contrario.
Para ellas, esta época más bien representa un estrés mayor, porque la gente a su alrededor les pide estar felices, bailar, reír y compartir, pero a ellas eso no les nace.
No es un fenómeno aislado, se repite todos los años. Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierten de que, en las épocas de fiesta, los episodios depresivos pueden aumentar hasta un 40%.
En Costa Rica no existen datos exactos de si esta tendencia se ve, pero tanto psicólogos como psiquiatras indican que en sus consultas es más común ver este tipo de situaciones a fin de año.
Los expertos aclaran que debe diferenciarse entre dos tipos de personas y cuyos casos no deben verse como iguales.
Por un lado, están quienes sufrieron alguna pérdida durante el año, como la muerte de un ser querido, una ruptura amorosa, un despido laboral o no vieron cumplirse una meta que añoraban.
Por otra parte, están quienes tienen algún trastorno depresivo o emocional ya diagnosticado y en quienes muchas veces esta época también es más sensible.
¿Cómo enfrentarlo? Para Samar Yorde, especialista en salud pública y salud emocional, la compañía es vital, y esta comienza con quienes tenemos en casa.
La profesional considera que las emociones son algo que debe protegerse durante toda la rutina diaria; es decir, todos los días.
“Una salud emocional comienza en casa. Dedique el desayuno a compartir con sus seres queridos; deje de lado su celular y entreténgase con las aventuras de sus familiares” , aseguró Yorde.
“De camino al trabajo, cante como si estuviera en un concierto, sonríale a la vida y permita que la naturaleza a su alrededor sea su compañera de viaje.
”En la oficina no permita que las malas vibras o el trabajo acumulado le afecten; sonría a los retos y verá cómo sus asuntos pendientes fluirán mejor”, añadió.
Yorde asegura que al terminar la jornada laboral, debe dejar por fuera todas las preocupaciones del trabajo y dedicarse a usted mismo y a sus seres queridos. “Quienes no invierten más en su entorno o las personas que les rodean, son más propensos al estrés, la depresión, y a los infartos”, aseveró.
Ejercicio es medicina. La actividad física no solo ayuda a tener una mejor salud física, sino también a tener una mejor salud emocional.
Por ello, los especialistas coinciden en que el ejercicio debe estar entre las metas de 2014 para mejorar la salud de las emociones.
“Cuando se hace ejercicio, se liberan endorfinas. Al hacer esfuerzo se libera el estrés y uno deja de pensar en los problemas laborales y en las tensiones propias de un duelo”, comentó Evelyn Álvarez, especialista en Educación Física.
Álvarez dice que no se trata de exigir mucho al cuerpo a la hora de hacer ejercicios, porque esto más bien podría ser perjudicial tanto para salud física como para la emocional. “No es para que alguien vaya y corra cuatro horas en un día, es para que las distribuya en la semana y lo haga según su condición física”, concluyó la especialista.