La velocidad con la cual ocurren los contagios de covid-19 en Costa Rica se mantuvo en la última semana.
Su variación, de acuerdo con el análisis semanal de la Universidad Hispanoamericana, es tan ligera que no es estadísticamente significativa, ya que pasó de 1,06 a 1,07.
La tasa de contagio, también llamada tasa R, indica a cuántas personas podría contagiar, en promedio, cada portador del virus SARS-CoV-2, causante de la covid-19.
Si es igual a 1, cada persona infectará, en promedio, a otra más, y esto mantendrá la transmisión constante. Si está en 2, en promedio, cada persona infectará a dos más y la velocidad de transmisión se duplicará.
Lo ideal, por eso, es que esta cifra sea inferior a 1, lo cual es señal de que el ritmo de casos nuevos va hacia la baja. Si el índice es superior a 1 la evolución de la enfermedad tendrá más velocidad.
Un índice de 1,07 quiere decir que un individuo con el virus podría transmitirlo a 1,07 personas en promedio. O, visto de otro modo, 100 personas que porten este patógeno podrían dar origen a una generación de 107 casos, o 1.000 personas a 1070 casos.
Sin embargo, hay algo que debemos tomar en consideración: R es un factor muy volátil y puede registrar cambios en poco tiempo.
Este índice no tiene que ver con la cantidad de casos, sino con la velocidad de transmisión o la velocidad con la que se propaga el virus.
Tampoco mide cuán agresivo es, sino cómo es su movimiento y evolución en determinado lugar.
¿Quiere esto decir que ya ese descenso lento que se vio durante varias semanas terminó y ya volvemos a subir? El epidemiólogo Ronald Evans, coordinador del informe, señala que aún no es momento para determinarlo.
“Esperaremos a la evolución de la pandemia para esta semana para poder aventurar una opinión más valedera sobre si estamos o no, montados en una segunda ola, tal como está aconteciendo en la actualidad en Europa”, manifestó el especialista.
Por zonas
La tasa de contagio tiende a variar por zonas. En la última semana descendió en Cartago, Heredia y Puntarenas, aumentó en Alajuela y Limón, y permaneció estable en San José y Guanacaste.
Entre los cantones a los que más atención se les debe poner por su tasa de contagio y ritmo de crecimiento de casos, el informe señala 12 en categoría roja o de alto riesgo.
Estos lugares son Mora en San José; Palmares y Orotina en Alajuela; San Isidro y Sarapiquí en Heredia; Carrillo, Cañas, Nicoya y Liberia en Guanacaste; Puntarenas y Garabito en Puntarenas; y Limón, en Limón.
Números en cuidados intensivos preocupan
A esto se le debe añadir la preocupación expresada por las autoridades de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) sobre la cantidad de personas en cuidados intensivos.
A este jueves, había 211 personas con covid-19 en una unidad de cuidados intensivos (UCI), números más altos a los vistos a inicios de mes, cuando se veían entre 170 y 180 personas en esta condición.
“Estamos pasando por un momento crítico como país. Hay más pacientes críticos en UCI que en otros momentos de la pandemia”, manifestó este miércoles Mario Ruiz Cubillo, gerente médico de la CCSS.
“Se están enfermando los pacientes con más factores de riesgo. Se ve en el área metropolitana y en todas las regiones del país. Se están enfermando los pacientes con más factores de riesgo. Algunos tienen hasta cinco o más y se están complicando muy feo y están llegando directamente a ser internados en la Unidad de Cuidados Intensivos Críticos, que es donde están los más graves”, agregó.
Ruiz indicó que el perfil que se ve mayoritariamente en hospitales es de personas con hipertensión, diabetes, obesidad grado 3 (o mórbida), antecedentes de cáncer, fumadores, personas con su sistema inmunitario o con problemas en sus niveles de colesterol y triglicéridos.
El gerente médico fue enfático: ya se llegó al máximo de aumento de capacidad instalada en los servicios hospitalarios.
“Pasamos de tener 24 camas de cuidados intensivos a 359, que se dividen entre pacientes críticos y severos. A tener 859 camas en salón que se dividen entre leves y moderados (pacientes)”, recordó el jerarca.
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Preocupación por fatiga ante el virus
Evans y Ruiz coinciden en que, independientemente de si nos encontramos ante un repunte o una subida en el pico de una ola, la condición es preocupante y solo podrá mejorar con nuestra acción.
”Hay una sensación de alivio en la población como si todo estuviese a punto de volver a la normalidad, que se traduce en que la gente ha vuelto a salir a la calle, las playas están muy visitadas y los centros comerciales de nuevo empiezan a nutrirse de mucha gente. Después de tanto sacrificio, desgaste, pérdidas de vidas, daños a la economía, no se concibe tirar todo por la borda y rendirse. Hay que continuar cuidándose por unas semanas más”, afirmó Evans.
Ruiz, por su parte, recalcó en que todavía estamos a tiempo de ‘salvar la Navidad’: “Vienen las fechas de Navidad, Año Nuevo, vacaciones. Todos queremos estar con nuestros familiares, abrazarlos, y eso es muy peligroso. Esto podría hacer que aumenten en enero no solo los casos, también las hospitalizaciones y las personas que requieran cuidados críticos”.
“Debemos ser muy rigurosos si vamos a visitar a nuestros abuelos: usar mascarilla, usar careta, mantener la distancia. Es evitar que esta Navidad se vuelva una pesadilla. Y podemos lograrlo entre todos”, concluyó.
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