La hemofilia es una enfermedad que no solo debe tratarse con medicamentos y terapia física, una alimentación sana y ejercicios –como la natación– podrían ayudar a tratar mejor esta enfermedad, caracterizada por la dificultad de la sangre para coagular.
Estas son algunas de las ideas expuestas ayer durante el Congreso Mesoamericano de Ciencias Médicas, que abordó enfermedades caracterizadas por el sangrado.
Johannes Oldenburg y Anna Pavlova, del Instituto de Hematología Experimental y Medicina de Transfusión y del Centro de Hemofilia de la Clínica Universidad de Bonn, en Alemania insistieron en que debe darse una atención que vaya más allá de la parte médica.

“Nada se hace solo con un hematólogo, el ortopedista es importante, también el fisioterapeuta y un psicólogo que brinde apoyo emocional”, comentó Oldenburg.
“La nutrición y el ejercicio son vitales y no se abordan tanto, pero es necesario evitar la obesidad en estos pacientes, pues podría agravar la enfermedad”, añadió.
Pavlova agrega: “no es cualquier ejercicio, sería ilógico pensar en boxeo o un deporte de mucho contacto como el fútbol, pero otros deportes como la natación son ideales; la dieta y el ejercicio mejoran su calidad de vida”.
Ambos señalan también que lo ideal es que todas las personas con esta enfermedad se atiendan en un solo centro de salud especializado.
“Si van a un centro cualquiera, tendrán que ‘competir’ con otros enfermos y no se les podrá dar la atención personalizada que necesitan”, aseveró Pavlova.
En Costa Rica, el Hospital México tiene la Clínica de Hemofilia en donde atienden pacientes desde niños, cuando se diagnostica el mal.
Es la enfermedad más cara por paciente en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Cada tratamiento tiene un valor promedio de $40.578, más de ¢20 millones.
Esto se debe al alto precio de los factores de coagulación necesarios para evitar sangrados. Por año, la CCSS invierte $8,2 millones (más de ¢400 millones) en la atención de sus 204 pacientes.