Este 20 de marzo, Día Mundial de la Felicidad, Costa Rica apareció ranqueado como el país más feliz de América Latina, el tercero más feliz del continente americano y el vigésimo tercero del mundo. Esto según el Reporte Mundial de la Felicidad, un informe realizado cada año por la Red para el Desarrollo Sostenible (SDSN, por sus siglas en inglés), asociación que incluye más de 100 especialistas en Psicología, Antropología, Economía y política en todos los continentes.
En esta edición, Costa Rica mantuvo el puesto 23 que obtuvo en 2022, pero se aleja del 16 obtenido en 2021. Nuestra puntuación fue de 6.609 puntos de 10.000 posibles, 26 puntos más de los que vimos el año pasado, con 6.582, pero distan de los 7.070 de 2021.
Nuestro país obtuvo 1.195 puntos menos que Finlandia y 4.750 más que Afganistán, que está en el puesto 137, el último lugar. En América, Canadá está en el puesto 13, con 6.961 puntos, y Estados Unidos, en el lugar 15, con 6.894. La calificación promedio mundial fue de 5.540 puntos.
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Llegar a esta cifra
¿Cómo se obtienen estas puntuaciones y qué significan? Veamos a fondo el caso de Costa Rica.
Antes de entrar a ver los números obtenidos por nuestro país en cada rubro, vamos paso a paso con los que se obtiene la calificación.
Los investigadores remarcaron que el listado se hizo con base en evaluaciones de 2020, 2021 y 2022, por lo que todas las observaciones fueron hechas en años de altos números de contagios y muertes relacionadas con covid-19.
Una de las principales bases para llegar a estas conclusiones es una encuesta de la firma Gallup que se hace aproximadamente a 1.000 personas de cada uno de los países tomados en cuenta en el reporte.
La encuesta pide evaluar, primero, su vida en general en la escala del 0 al 10, donde 10 es la mejor vida posible que cada persona podría imaginar para sí y 0 la peor. Una vez que evalúan su vida en general, usan las mismas escalas para los sentimientos positivos y negativos, según cada cuánto los han vivido en el último mes. Los sentimientos positivos son risa, entretenimiento (o entusiasmo) e interés. Los sentimientos negativos son preocupación, tristeza y enojo.
Con base en esas escaleras se obtiene el primero de los determinantes: evaluación de vida. Este puntaje se toma en cuenta para fijar un puntaje a los siguientes seis rubros.
Otras preguntas de la misma encuesta determinan otras variables, por ejemplo, el soporte social. Este se basa en la respuesta que dan los encuestados cuando se les pregunta si tienen a alguien a quien recurrir en caso de un problema grave.
También está el tema de libertad para tomar decisiones; la respuesta es sí o no.
Otra variable de esta encuesta es generosidad, para la que se les pregunta a los participantes si donaron o no a la caridad u obra benéfica en el último mes.
El último punto de la encuesta son las percepciones de corrupción, que se basan en dos preguntas, una acerca de cómo perciben la corrupción en el Gobierno y otra de cómo la perciben en las empresas.
También se utiliza el producto interno bruto (PIB) per cápita de cada país y la esperanza de vida saludable al nacer. Esto último implica los años que una persona vivirá libre de enfermedad o discapacidad durante su vida.
Finalmente, el país imaginario llamado Distopía, en donde los ciudadanos son menos felices y tienen la menor cantidad de recursos para conseguir esa alegría. Su nombre es el antónimo de “Utopía”. Todos los países fueron comparados con Distopía y eso se utilizó como un rubro más en todo el análisis.
Los 6.609 puntos de Costa Rica, explicados
Costa Rica ocupa el lugar 23 en el mundo cuando se ve en todos los rubros, pero no es así cuando se ve uno a uno.
En el tema de soporte social, el 87,2% de los ticos encuestados dijo tener a quien acudir en caso de problemas. De los 6.609 puntos, 1.341 corresponden a este apartado.
En este aspecto estamos en el lugar número 55, octavo de América y sexto de América Latina. Nos superan Panamá, Chile, Uruguay, Argentina y Paraguay.
En esperanza de vida saludable al nacer estamos en el puesto 31, con 70 años de vida saludable. Estamos de terceros en América, pues somos superados por Canadá y Chile; segundos en Latinoamérica.
De nuestros 6.609 puntos, 503 corresponden a la esperanza de vida saludable.
En libertad para tomar decisiones, el 89,5% dijo sentirse muy libre para tomarlas. De nuestros 6.609 puntos, 683 se explican por este rubro. Estamos en el puesto 22 del mundo, estamos de terceros en América y América Latina, después de Uruguay y El Salvador.
La generosidad es el punto donde peor estamos ranqueados, en el lugar 102. Este aspecto solo nos da 99 puntos.
En la percepción de corrupción, el 76,8% dijo vivir en un país corrupto. Estamos en el puesto 65. Esto nos da 116 puntos.
El PIB per cápita considerado para el estudio es de $9.952, si se toma el promedio de los 3 años estudiados. Esto nos pone en el lugar número 54 entre los 137 países, en sétimo lugar en América y en quinto en América Latina, superado por Panamá, Chile, Argentina y Uruguay.
De los 6.609 puntos, 1.587 los debemos al PIB per cápita.
Al compararnos con lo mal que está Distopía, nuestro país recibe una calificación de 2.281 puntos de su nota, por las distancias que hay con el peor lugar para vivir. Esto nos deja en el puesto 18.
La diferencia, para llegar a puesto más alto en el ranking cuando estamos más bajos en otras cosas se explica según el puntaje en cada rubro, y esto está explicado por la calificación que cada persona encuestada le dio a su vida y a sus sentimientos positivos y negativos.
La calificación que los ticos le dieron a su vida fue de 7.077 puntos. Además, los sentimientos positivos fueron de los más altos a nivel mundial y los negativos, de los más bajos.
Sin embargo, también hay una señal preocupante. El reporte también abarcó las brechas entre las personas más felices y las menos felices de cada nación. Ubicó en el primer lugar a la que tenía la menor brecha. En esta ocasión fue Afganistán (el país menos feliz del índice, con 1.672 puntos). Nuestro país aparece en el puesto 70, con una diferencia de 3.659 puntos. La república de la mayor brecha es Liberia, con 6.859 puntos.
¿Pero Costa Rica no era el país más feliz?
Costa Rica nunca ha ocupado el primer lugar en el Reporte Mundial de Felicidad desde su primera edición en el 2006. Nuestro país sí aparece como país más feliz del mundo, pero de acuerdo con otro estudio: el Happy Planet Index (Índice Planeta Feliz), que se publicó por última vez en el 2019.
Son calificaciones diferentes porque miden rubros diferentes. El Happy Planet Index (realizado desde el 2000 por la fundación inglesa New Economics) mide cuatro aspectos: el bienestar de los habitantes –basado en la misma encuesta de la firma Gallup–, esperanza de vida al nacer, inequidades en la sociedad y la huella ecológica (cantidad de recursos naturales que se consumen frente a la capacidad del ecosistema para generarlos).
De esta manera, los tres primeros rubros se multiplican y se dividen entre la huella ecológica.
Otra diferencia es que el Happy Planet Index toma la encuesta de Gallup como un solo rubro y no cuenta sus variables por aparte dentro de la calificación.
¿Tiene sentido medir la felicidad?
Los creadores del Reporte Mundial de la Felicidad son enfáticos en que, el hecho de que Finlandia, por ejemplo, ocupe el primer lugar del escalafón mundial –o el hecho de que Costa Rica tenga el primer lugar de América Latina– no quiere, ni por asomo, decir que los habitantes de esa nación sean los más felices del planeta (o de la región). Sin embargo, en promedio, sí tienen más oportunidades para alcanzar la felicidad en comparación con quienes viven en otros lugares.
Todas las personas tienen herramientas diferentes, contextos diferentes y formas de llevar la vida diferente. A esto se le debe añadir que hay quienes conviven con trastornos mentales y no todos tienen acceso a terapia y a medicamentos.
Este y otros reportes han sido criticados por no medir aspectos que también son considerados clave en la búsqueda de la felicidad. Por ejemplo, estos índices no toman en cuenta la violencia, los homicidios, feminicidios, suicidios y accidentes de tránsito. Tampoco toman en cuenta los trastornos mentales ni la atención que da cada país a la salud mental.