Todos creían que la Craugastor noblei era muda hasta que, en noviembre del 2010, esta rana dejó escuchar su canto en el bosque lluvioso de Limón.
Habían empezado los aguaceros y con eso, el inicio de la época de reproducción de anfibios, por lo que el macho vocalizaba con tal de atraer a la hembra.
Así lo determinó un estudio de los investigadores José Salazar, de Veragua Rainforest Research Center , y Adrián García, de la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica (UCR), el cual fue publicado en la revista Phyllomedusa de la Universidad de São Paulo, en Brasil.
Esta especie alcanza un tamaño de siete centímetros. Carece de saco vocal y por eso se creía que era muda. “De hecho, todo el grupo se consideraba mudo. Se dijo por mucho tiempo que los individuos que carecían de saco vocal eran mudos y ahora se sabe que el saco vocal lo que hace es amplificar el sonido. El sonido realmente se produce en las cuerdas vocales”, explicó Salazar.
Craugastor noblei es la segunda especie de este grupo que se identifica como cantora. Anteriormente, se encontró a la Craugastor gollmeri , cuya vocalización se describió en Panamá.
Bioacústica. Según Salazar, aparte del grupo taxonómico y su distribución, se sabía poco de la especie.
“En mi primer año de trabajo en Veragua, a inicios de noviembre, empezamos a escuchar un canto que no reconocíamos y entonces buscamos cuál especie era la que cantaba. Al encontrarla y revisar la literatura, se le describía como muda”, relató Salazar.
Los científicos empezaron a indagar con vecinos de la comunidad. Stanley Salazar, quien también trabajaba en la reserva Veragua Rainforest, ubicada en Liverpool de Limón, les dijo que esa rana solía escucharse a finales y a principios de año en esa zona.
Con esa información, los biólogos iniciaron el monitoreo. Entre el 2010 y el 2013, efectuaron recorridos semanales para tratar de grabar los cantos; lo consiguieron en noviembre y diciembre del 2011 cuando grabaron a cuatro machos cantores a un metro de distancia.
En total, se registraron 200 cantos que contenían 400 notas. Para ello se contó con equipo donado al Laboratorio de Bioacústica de la UCR por parte del Programa Institucional del Laboratorio de Autómatas y Sistemas Inteligentes en Biodiversidad de la Agencia Española de Cooperación Internacional y de Desarrollo (AECID).
En cada una de las grabaciones se analizó la duración del canto y de la nota, los intervalos entre cantos, la frecuencia dominante y el rango de esa frecuencia.
De esta forma, los investigadores determinaron que el canto del Craugastor noblei se distingue por lo fuerte (puede ser fácilmente percibido por el ser humano a 30 metros de distancia) y porque está compuesto por dos notas en alta frecuencia que se repiten en un intervalo de 0,5 segundos.
Cada periodo de vocalización contiene 23 cantos en promedio, pero algunos machos pueden cantar durante cinco minutos seguidos emitiendo más de 400 cantos.
Las grabaciones se archivaron en el Laboratorio de Bioacústica y se recolectó un macho cantor que está en el Museo de Zoología.
Reproducción. Aparte de hacer el análisis bioacústico, Salazar y García también describieron la historia natural de esta especie.
En ranas, las vocalizaciones están asociadas a la época reproductiva. Los machos cantan para atraer a las hembras.
En el caso de Craugastor noblei , las vocalizaciones se escucharon solo en los atardeceres ocurridos entre noviembre y enero del 2010-2011, 2011-2012 y 2012-2013.
Esos meses coinciden con la época lluviosa. “El cantar a temperaturas más frescas, les ayuda a tener un menor gasto metabólico y más que son individuos a los que se les dificulta regular la temperatura, respiran por la piel y el calor les afecta bastante”, indicó Salazar. La temperatura también está relacionada con ciertas frecuencias.
“Puede ser que canten a esa hora porque necesitan emitir cierta frecuencia. No lo estoy asegurando, pero sí es una pregunta que uno se podría hacer”, manifestó el investigador.
Los machos de esta especie pueden cantar solos o en coros de hasta cinco individuos, los cuales se agrupan en áreas cuyo diámetro es de aproximadamente 1,5 metros. Los coros suelen ser más comunes tras lluvias fuertes.
Estas ranas suelen cantar en sitios escondidos, como huecos en el suelo, debajo de troncos o piedras, así como en la hojarasca. “Cantar desde agujeros, como lo hace la especie en estudio, podría amplificar el sonido y esta podría ser una estrategia en especies que carecen de sacos vocales para aprovechar estas estructuras de resonancia”, señala el estudio.
Para Salazar, esta información de historia natural es útil en términos de conservación.
“¿Qué pasa si consideramos una especie en peligro de extinción porque llevamos años sin verla u oírla y resulta que solo se ve cuando canta y canta, solo en cierta época del año, y lo hace escondida en huecos o debajo de la hojarasca? Conocer la biología del animal nos permite diseñar mejores estrategias de conservación”, comentó el biólogo.