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La contaminación ambiental de las chimeneas utilizadas en diferentes tipos de industria trae consecuencias para la salud de los niños y adolescentes. Shutterstock
La contaminación del aire en todo el mundo está a niveles tan incontrolables que pone en riego la salud de las poblaciones más vulnerables, entre ellas, los menores de 15 años.
El 93% de quienes están en dichas edades respira aire tóxico y esta es la causa por la que en el 2016 (último año para el cual hay datos) murieron unos 600.000 menores.
Un informe difundido la mañana de este lunes por la Organización Mundial de la Salud (OMS) exploró, por primera vez, el impacto que la contaminación puede causar en estos grupos etarios.
¿Por qué la investigación se concentró en esta población? De acuerdo con el documento, en los primeros cinco años de vida, las vías respiratorias son más pequeñas, el sistema inmunitario apenas está madurando y esto pone a los niños en franca desventaja.
Por su parte, de los cinco a los 15 años, los menores se encuentran en una etapa crítica y la salud que gocen en ese momento repercutirá en la vida adulta. Además, los niños respiran más rápido que los adultos y por ello pueden absorber mayor cantidad de partículas contaminantes.
“La contaminación atmosférica ambiental fue la causa de 4,2 millones de muertes prematuras en el 2016, de las cuales, casi 300 000 fueron de menores de cinco años”, cita el documento.
Y añade: “los niños son especialmente vulnerables durante el desarrollo fetal y en sus primeros años de vida, cuando los pulmones, los órganos y el cerebro están todavía en desarrollo”.
Este informe fue presentado en el marco de la Primera Conferencia Global de Aire Contaminado y Salud, que se lleva a cabo esta semana en Ginebra, Suiza.
“El aire contaminado está envenenando a millones de niños y está arruinando sus vidas. Esto es inexcusable. Cada niño debería respirar un aire puro y limpio para que puedan crecer y llenar todo su potencial”, destacó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Maria Neira, directora del Departamento de Salud Pública, Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud de la OMS, agrega: “la contaminación del aire afecta la salud de más formas de las que nosotros nos imaginábamos. Está estancando los cerebros de nuestros niños, por ejemplo, por eso es que debemos esforzarnos para reducir las emisiones de los contaminantes más dañinos".
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Números que preocupan
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Diseño LN
Los investigadores se concentraron en analizar la cantidad de partículas de aire contaminado que hay en diferentes países y lo compararon con las estadísticas de mortalidad y enfermedades en los menores de 15 años. Así determinaron cuáles sí podrían estar relacionadas con el aire contaminado. También revisaron la literatura médica sobre el tema.
De esta forma vieron que el 93% de los menores de 15 años, unos 1.800 millones de personas, están expuestas constantemente a estos contaminantes, tanto en la calle como en su hogar. Esto sucede en todo el mundo, pero los países pobres de Asia y África tienen los peores índices.
En estas edades, el 50% de enfermedades respiratorias se debe a contaminación del aire.
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Además, una de cada 10 muertes en menores de cinco años tienen como responsable a la contaminación.
Hay dos tipos de partículas contaminantes claves para el estudio: las PM10 y las PM2,5.
Las PM10 están compuestas por polvo, hollín, cemento, polen y los químicos que emiten los diferentes gases. Tienen un tamaño de entre 2,6 y 10 micrómetros por metro cúbico. Un micrómetro es milésima parte de un milímetro.
Cuando respiramos, estas moléculas ingresan por la nariz o boca y se quedan en la región del tórax. Entonces, pueden causar alergias, bronquitis, asma y otras afecciones respiratorias.
En una nube de humo generada por un automóvil en funcionamiento hay miles de PM10.
Para la OMS, el límite recomendado es de 20 micrómetros por metro cúbico.
Hay unas partículas todavía más pequeñas y, por lo tanto, más peligrosas para la salud. Son las partículas PM2,5, menores a 2,5 micrómetros por metro cúbico. Al ser tan reducidas, pueden llegar incluso hasta los alveolos, cavidades más chicas del sistema respiratorio.
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Las consecuencias antes de nacer
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Las secuelas para la salud de los niños y adolescentes van más allá de las enfermedades respiratorias.
La afectación comienza desde el vientre materno, las mujeres expuestas al aire contaminado durante el embarazo tienen mayor riesgo de tener un hijo prematuro o con bajo peso al nacer.
Las muertes antes de los cinco años también tienen al aire contaminado como un factor de riesgo. A medida que los niveles de contaminación aumentan, también lo hace el riesgo de mortalidad infantil, particularmente por exposición a material en partículas y gases tóxicos.
El informe también subraya que la contaminación del aire puede
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“influir negativamente en el desarrollo neuronal, derivar en unos resultados más bajos en las pruebas cognitivas e influir en el desarrollo de trastornos del comportamiento tales como trastornos del espectro autista y trastornos de déficit de atención e hiperactividad. Existen pruebas contundentes de que la exposición a la contaminación atmosférica ambiental puede afectar negativamente al desarrollo mental y motor de los niños”.
Otros estudios han ligado la contaminación con un mayor riesgo de obesidad infantil y de resistencia a la insulina.
También hay evidencia científica que indica que la exposición prenatal a la contaminación del aire se liga al deterioro del desarrollo y función pulmonar en niños.
El documento añade el peligro de algunos cáncer: “varios estudios han descubierto asociaciones entre la exposición prematura a la contaminación atmosférica ambiental y un mayor riesgo de retinoblastomas y leucemia en niños. Aunque relativamente pocos estudios se han centrado en la contaminación atmosférica doméstica y el riesgo de cáncer infantil, este tipo de contaminación está estrechamente relacionado con varios tipos de cáncer en adultos y contiene muchas sustancias clasificadas como cancerígenas”.
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¿Qué pasa en Costa Rica?
Aunque este documento en particular no explora lo que sucede país por país, otros estudios ya han mostrado cómo está la situación en Costa Rica. Sin embargo, la afectación no hace distinción por edades.
En junio del año pasado, se evidenció que si las concentraciones de partículas contaminantes estuvieran en su límite recomendado por la OMS, se ahorrarían cada año en el país $17 millones (casi ¢10.000 millones) en la atención de las bronquitis (y su impacto en incapacidades y calidad de vida), $55.000 (¢31,3 millones) en asma y $233.000 (¢132,8 millones) en hospitalizaciones.
Esa es parte de las conclusiones de un estudio realizado por el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie) para la dirección del Cambio Climático del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), con fondos del proyecto Euroclima, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Aquel estudio señaló que el distrito con mayor concentración de PM10 es La Ribera de Belén, con 55 micrómetros por metro cúbico, y el distrito con menor concentración es San Vicente de Moravia, que registra 20 micrómetros y es el único que cumple con los estándares de la OMS. El promedio de la GAM es de 28,8 micrómetros por metro cúbico.
Por otra parte, en marzo del 2016, otro análisis de la OMS arrojó que solo en Costa Rica, un 15% de las muertes son causadas por la contaminación del suelo, el agua y el aire (incluye el fumado pasivo); la exposición a químicos; los efectos del cambio climático y ciertos traumatismos (heridas, golpes o accidentes) que se relacionan con factores ambientales.
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