Al centro de rescate Zoo Ave ingresan entre 30 y 50 tortugas al mes, muchas de las cuales llegan con deformaciones en sus caparazones.
Se trata de especies terrestres y semiacuáticas que son criadas como mascotas, a pesar de ser vida silvestre.
"Las tortugas son animales silvestres y estos no deben ser mascotas. El cautiverio es muy cruel con ellos", recalcó Vilma Castillo, bióloga del centro de rescate Tortufauna.
Para Karla Barrantes, médica veterinaria de Zoo Ave, lo preocupante es que, debido a los problemas que presentan, no pueden liberarlas al medio natural ya que no sobrevivirían en este.
¿A qué se deben esas deformaciones? Barrantes y Castillo las adjudican a la mala alimentación y confinamiento en espacios reducidos donde el animal no puede moverse libremente.
La función del caparazón es proteger, por eso cubre las partes blandas de las extremidades y el cuello. Las deformaciones, como el levantamiento del caparazón, dejan al descubierto esas partes blandas.
"La mala nutrición también provoca un emblandecimiento del caparazón. Si eso se da en etapas muy tempranas, conforme el animal va creciendo, este puede irse deformando al punto de doblarse", comentó Barrantes.
Mala alimentación
En su medio natural, estas tortugas comen hojas, frutas, semillas e incluso algunos invertebrados. Eso les brinda diversidad de nutrientes y, por lo tanto, la carencia de estos deriva en enfermedades.
Castillo, quien también es autora del libro Alimentación natural de las tortugas continentales de Costa Rica y Centroamérica, advierte de infecciones oculares causadas por falta de vitaminas que pueden producir ceguera.
Estos animales también sufren de estreñimiento debido a la carencia de fibra en la dieta y diarrea derivada de la monotonía en las opciones de alimentación (cuando solo le brindan lechuga o frutas).
Según Barrantes, muchas tortugas solo comen el concentrado que se vende comercialmente en tiendas de mascotas, el cual –según la médica veterinaria– es deficiente en nutrientes.
La situación empeora cuando, en vez de darle concentrado para tortugas, se les brinda uno diseñado para peces de acuario.
"El concentrado pueden consumirlo como complemento, pero lo principal es que coman frutas tropicales, verduras y, sobre todo, las hojas verdes de la remolacha, el brócoli y las espinacas, que proveen de calcio, hierro y magnesio, entre otros", explicó Barrantes.
Asimismo, la veterinaria agregó: " La proporción adecuada debe ser más hojas y más verduras que frutas. Lo importante es que la dieta sea variada".
Espacio reducido
El confinamiento en espacios reducidos es la otra causa de deformaciones de caparazón y enfermedades en las tortugas.
"Meter una tortuga en una caja plástica es matarla lentamente porque se le imposibilita nadar y moverse libremente", manifestó Castillo.
Estos reptiles requieren de espacios amplios de dos ambientes: una pileta con agua dulce y un espacio terrestre ubicado de tal manera que tenga sol y sombra. Esto porque la falta de luz solar propicia la aparición de hongos y el exceso de este puede resecar la piel y el caparazón.
"Lo ideal es que estén en el bosque, pero si ya no es posible, entonces construirles una pileta de cemento que sea muy amplia, con rampa para que puedan salir libremente a tomar sol", dijo Castillo.
El mantenimiento de esa pileta debe ser regular para evitar infecciones bacterianas atribuidas a la acumulación de heces, así como a la proliferación de insectos debido al agua estancada.
Lo ideal es que exista una leve circulación de agua en la pileta, tal como la tienen las quebradas en medio del bosque.
Impacto ambiental
Para Castillo, todos estos problemas provienen del cautiverio. "Al tenerlas como mascotas, se les está sometiendo a una serie de sufrimientos", enfatizó la bióloga.
El incremento en el ingreso de reptiles a los centros de rescate se debe a dueños que adquirieron un animal que luego desecharon porque este creció y ya no podían cuidarlo.
"Las tortugas más vendidas en las tiendas de mascotas son tortugas oreja amarilla y oreja roja", indicó Barrantes.
La tortuga de oreja amarilla así como la negra, candado y lagarto aún podrían ser liberadas al bosque si estuvieran en buenas condiciones de salud y si no representan una amenaza a las poblaciones silvestres, ya que son especies nativas de Costa Rica.
Ese no es el caso de la tortuga de oreja roja, especie exótica que podría propiciar un desequilibrio en el ecosistema por no ser propia del país.
La otra situación que está generando un incremento en los ingresos es que las personas remueven a las tortugas cuando temen que las atropelle un carro.
"No importa, está bien que les ayuden a cruzar la calle. Si del otro lado hay bosque y no se está en un área residencial, entonces es mejor dejarla ahí", recomendó Castillo.