La Luna no es una superficie completamente árida, ya que, muy contrariamente a lo creído a lo largo de los tiempos, en la superficie de nuestro satélite natural existe agua líquida.
Esa agua se forma allí a través de un proceso continuo y actual, que depende de la posición de la Luna con respecto al Sol.
Se trata de un fenómeno que, además de interesante, hace todavía más viable el establecimiento de bases humanas en la Luna, según señala el equipo liderado por Carle Pieters en el estudio que se publicará mañana viernes en la revista Science .
La formación del agua. Con la ayuda de un instrumento a bordo del Chandrayaan-1 , la primera misión india a la Luna, más de dos decenas de científicos de Estados Unidos e India analizaron la composición de las partículas de los primeros dos milímetros del suelo que recubre la Luna.
El instrumento, llamado Mapeador de Mineralogía Lunar (M3, por sus siglas en inglés), detecta las radiaciones electromagnéticas emitidas por los minerales que se ubican en la superficie de la Luna.
El aparato, propiedad de la agencia espacial NASA, orbitó durante 312 días a unos 100 kilómetros de la superficie lunar y generó más de 70.000 imágenes con las cuales se confeccionó un mapa completo de la topografía lunar en tres dimensiones.
Allí, además de minerales ferrosos, descubrieron la presencia de hidroxilo (OH, una molécula de oxígeno y otra de hidrógeno) y la muy buscada agua (H 2 O).
A pesar de que la presencia de esa agua podría atribuirse a factores externos, como la colisión de un cometa contra la Luna, el análisis sugiere que el origen del líquido es endógeno.
De acuerdo con las explicaciones de los científicos, las rocas que recubren la Luna tienen en su composición hasta un 45% de oxígeno, y el hidrógeno necesario para formar el agua proviene del Sol.
Nuestra estrella dispara grandes ráfagas de protones de hidrógeno en su proceso continuo de fusión, la fuente que le da vida y nos da vida nosotros.
Estos vientos solares no afectan a la Tierra porque nuestra atmósfera nos protege de ellos, pero la Luna no posee ese escudo.
Así, los protones de hidrógeno sí chocan contra la superficie lunar, donde se unen con el oxígeno presente en las rocas y forman el agua.
Dicha agua podría ser la fuente de las capas de hielo en los polos de la Luna, señalan los científicos en el informe.
Otros dos estudios, que se publicarán también en la misma edición de la prestigiosa revista estadounidense Science , analizan datos de 1999 recabados por la sonda Cassini , de la NASA, y del 2007 y el 2009, obtenidos por la misión Deep Impact , los cuales brindan todavía más pruebas de la presencia de agua líquida en la superficie de la Luna. Colaboró el periodista Pablo Fonseca.