Las bacterias que residen en el útero y vagina de las mujeres podrían aumentar el riesgo de estas de padecer un parto prematuro, o por el contrario, protegerlas de esta situación.
Así lo sugiere un estudio efectuado por la Escuela de Medicina de Perelman, en la Universidad de Pensilvania, que fue presentado la semana anterior, por la Sociedad de Medicina Maternal Fetal, en su congreso anual, celebrado en Las Vegas, Nevada, Estados Unidos.
Los resultados se basan en el análisis de 2.000 muestras vaginales, que fueron tomadas a mujeres, en tres diferentes momentos del embarazo. De esa forma, los científicos observaron que, en presencia de bacterias como Bifidobacterium y Lactobacillus, el riesgo de nacimiento prematuro espontáneo disminuía.
Por otro lado, la presencia de bacterias anaerobias (aquellas que crecen en ambientes donde no hay oxígeno), aumentaba significativamente el riesgo de un parto de este tipo, anunciaron los científicos.
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El nacimiento prematuro, aquel que se da antes de las 37 semanas de gestación, es la principal causa de muerte en el mundo de niños menores de cinco años. También, ocupa el primer lugar como responsable de las muertes de bebés en Estados Unidos.
"Por primera vez en ocho años, el número de bebés prematuros en EE.UU. aumentó en 2016, y por desgracia, son causas subyacentes que los médicos todavía no entienden", afirmó Michal Elovitz, profesor de Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Medicina de Perelman en la Universidad de Pennsylvania
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Hasta 2015, la cifra de bebés prematuros que nacían al año en Costa Rica era de 2.000. A consecuencia de esa condición, estos pequeños suelen padecer problemas pulmonares, del sistema nervioso central y complicaciones digestivas, entre otros.
Aunque la investigación de Elovitz y otros científicos es apenas un primer acercamiento y se requiere de más estudios para confirmar estos hallazgos, los científicos involucrados sugieren que esto podría abrir las puertas para tratamientos de orientación de bacterias "malas" de cuello uterino, o la reposición de las bacterias "buenas", con el fin de prevenir un parto prematuro en el futuro inmediato.