La corte suprema de India, la más alta jurisdicción del país, suspendió el martes la aplicación de las reformas agrícolas que provocaron la ira de decenas de miles de agricultores que se manifiestan en las puertas de Nueva Delhi desde noviembre.
En virtud de estas reformas, los campesinos tienen ahora la libertad de vender sus productos a un comprador y al precio de su elección, y no sólo en los mercados regulados por el Estado (los "mandis") con precios establecidos.
El gobierno considera que estas leyes son necesarias para ofrecer un futuro a largo plazo al sector agrícola, piedra angular de la economía india, pero los agricultores temen que permitan a las grandes empresas privadas bajar los precios, destruyendo así sus medios de subsistencia.
El tribunal de Delhi también anunció la formación de un comité de expertos para resolver el conflicto, que constituye una prueba importante para el primer ministro Narendra Modi, asegurándose de facilitar la mediación entre el gobierno y los agricultores.
Estos últimos, en su mayoría de los estados del norte de India, cerca de Delhi, llevan meses exigiendo que se deroguen estas leyes. El gobierno le dijo que no tenía previsto derogarlas.
Se han celebrado varias reuniones de negociación entre las dos partes, sin que se hayan obtenido resultados. La próxima reunión está prevista para mediados de enero.
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