A una cita a la que llegó sin sus últimos medallistas, el atletismo español superó en el Mundial de Eugene-2022 por la mínima los resultados de la pasada edición de Doha-2019, aunque sigue muy lejos de sus mejores actuaciones en esta competición.
En la mañana del domingo, unas horas antes de la clausura, España dio por terminada su participación en Eugene (Oregón, Estados Unidos) con un total de dos medallas de bronce, una más que en Doha, y la misma cifra de ocho finalistas.
Lejos quedan las ediciones más fértiles de Stuttgart-1993 y Atenas-1997, cuando la cosecha fue de cinco metales con oros incluidos, pero Eugene-2022 deja al menos algunas notas de esperanza y un pequeño repunte de un rumbo negativo.
Si en Doha España solo logró el bronce de Orlando Ortega en los 110 metros vallas, dos años antes, en Londres-2017, ni siquiera pisó el podio por primera vez en la historia.
Las expectativas para Eugene eran también inciertas ya que en la expedición de 56 atletas no figuraban ni Orlando Ortega por lesión ni Ana Peleteiro por embarazo, la ganadora del bronce en triple salto en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Ambos eran los únicos medallistas mundiales u olímpicos de España en los últimos seis años.
España debía alumbrar nuevas figuras en Eugene y eso fueron sus dos medallistas de bronce: Asier Martínez en los 110m vallas y Mohamed Katir en los 1.500m.
Martínez, uno de los atletas españoles más pujantes, aprovechó a la perfección las tres bajas registradas en la caótica final de los 110 metros vallas del 17 de julio.
El español vio primero el retiro por lesión del jamaicano Hansle Parchment, campeón en Tokio-2020, y la descalifición después por salida en falso de una milésima del estadounidense Devon Allen, favorito al título.
Con solo cinco vallistas en liza, el estadounidense Grant Holloway revalidó su oro mundial y Martínez logró el primer gran éxito de su carrera.
El español, de 22 años, ya había advertido de su potencial con un sexto puesto en Tokio-2020.
El ánimo del equipo español dio un vuelco en el día grande de Martínez, ya que también colocó a tres fondistas en la final de los 1.500 por primera vez en 15 años.
Del trío fue Mohamed Katir, nacido hace 24 años en el norte de Marruecos, quien logró un bronce que lo sitúa por fin como figura internacional.
Entre las noticias positivas de España también figura su sorprendente actuación en el relevo 4x100 femenino, al lograr el sábado la quinta posición con 42.58 segundos (récord nacional), solo por detrás de Estados Unidos, Jamaica, Alemania y Nigeria.
Del grupo de atletas que concluyeron en el cuarto lugar en Tokio-2020, ninguno pudo ascender el último escalón hacia el podio.
Uno de ellos fue en el salto largo, con el octavo puesto de Eusebio Cáceres, y el resto (Álvaro Martín, Marc Tur y María Pérez) en la marcha, donde España acostumbraba a brindar grandes alegrías.
Martín fue séptimo (20 kilómetros) mientras Tur (50 km) y Pérez (20 km) fueron descalificados.
La sequía en la marcha se sumó a la ya esperada en maratón, la prueba que más metales ha dado a España (tres oros y dos platas) y donde no presentó por primera vez representante.
Sus mejores especialistas fueron reservados para el inminente Campeonato de Europa de Múnich (11-21 de agosto), una cita que el equipo español ha priorizado este verano (boreal) al ofrecer mayores perspectivas de éxitos.
Además de los dos medallistas, del relevo 4x100 femenino, Cáceres y Martín, los otros tres finalistas españoles en Eugene fueron Raquel González y Laura García-Caro, quinta y sexta en los 35 km marcha, y Mario García, cuarto en 1.500.
De todos los finalistas (atletas que terminan entre los ocho primeros de su prueba) únicamente Eusebio Cáceres repite respecto a Doha, lo que ofrece esperanzas de mejora para el también cercano Mundial de Bucarest-2023.
En ese evento, además, España ya podría contar con Jordan Díaz, la nueva joya mundial del triple salto masculino que adquirió esta nacionalidad a principios de año tras abandonar el equipo cubano.
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