Bulgaria, muy dependiente del gas ruso, informó este viernes que aplazará sine díe el cierre de sus centrales de carbón, que debían ser reemplazadas por plantas de gas de manera progresiva.
"No aceptamos una transformación que aumentará nuestra dependencia" a una fuente de energía que viene de un país "que lleva a cabo una guerra", declaró el ministro de Finanzas, Assen Vassilev, ante el parlamento.
"Bulgaria no quiere renunciar a su independencia energética", agregó.
Bajo la presión de Bruselas, el gobierno anterior se comprometió a retirarse de la industria contaminante del carbón de aquí a 2040, con primeros cierres previstos a partir de 2026 y el uso transitorio de centrales eléctricas de gas.
Bulgaria es uno de los países de la UE más dependientes del carbón, que proporcionó un 34% de la electricidad nacional en 2020.
Aliado cercano de Moscú durante la Unión Soviética, Bulgaria recibe 77% de sus necesidades en gas del gigante ruso Gazprom, a través del gasoducto Turkstream. También es muy dependiente del petróleo del grupo LUKoil.
Por otro lado, su única central nuclear tiene reactores rusos alimentados por combustible ruso.
El miércoles, Bulgaria rechazó un embargo completo de la UE sobre las importaciones de hidrocarburos rusos, como anunció Estados Unidos.
"No podemos permitírnoslo", dijo el primer ministro Kiril Petkov, siguiendo así el paso de Alemania.
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