“El tema de la corresponsabilidad social de los cuidados debe colocarse en el centro de las políticas públicas, es un tema prioritario para impulsar la recuperación económica. El país debe incorporar la mayor cantidad de gente a las labores de los cuidados para que las oportunidades de inserción o permanencia en el mercado laboral sean justas e igualitarias para todas las personas”.
Así resume Marcela Guerrero Campos, ministra de la Condición de la Mujer y presidenta ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), la importancia de la corresponsabilidad social de los cuidados, especialmente en momentos donde la crisis por la COVID-19 ha afectado negativamente a la población costarricense, con un énfasis especial a la población femenina.
Previo a la pandemia, los datos de la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo (ENUT) del 2017 y de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO 2018), señalaban que la principal razón por la cual una mujer no estaba ingresando al mercado laboral era porque debían atender obligaciones familiares vinculadas con el tema de los cuidados y el recargo de tareas domésticas.
Según estimaciones que realizó el Instituto Global McKinsey en julio del año 2020, la tasa de pérdida de empleo de las mujeres fue 1,8 veces más alta que la que experimentaron de los hombres y Costa Rica no fue la excepción. De acuerdo con la Encuesta Continua de Empleo del INEC del cuarto trimestre del año 2021, la tasa de desempleo de las mujeres fue de un 17.30% contra un 13,70% de los hombres.
Tras la pandemia, las brechas en desempleo, subempleo, ocupación laboral e informalidad se incrementaron, siendo las labores del cuido de niñas y niños, y cada vez con mayor frecuencia, los cuidados de las personas adultas mayores y, en general, personas con algún nivel de dependencia, una de las principales causas.
“Cuando una mujer tiene limitaciones de acceso a recursos pierde su autonomía, cuando una mujer no puede estudiar frena su desarrollo, cuando ve reducidas las posibilidades de ingreso al mercado laboral pierde la oportunidad de tener un trabajo decente, cuando a las mujeres se les disminuye el acceso a procesos de formación, capacitación y a ocupar puestos de toma de decisiones se les limita su participación activa en el proceso de desarrollo nacional, de ahí la importancia de que la corresponsabilidad social de los cuidados esté en el centro de las políticas de reactivación económica”, señaló la ministra.

Según datos de CEPAL, la pandemia generó un retroceso de más de una década en los niveles de participación laboral de las mujeres en la región, muchas mujeres consideran que no podrán incorporarse de nuevo al mercado laboral por responsabilidades de cuido.
“Todos estos datos nos indican que, no tomar acciones con enfoque de género y con el tema de la corresponsabilidad como eje central, ante el impacto del COVID-19, va a llevarnos a ampliar la brecha en participación laboral entre mujeres y hombres, provocando mayor pobreza y desigualdad. Las políticas de reactivación económica deben considerar las afectaciones diferenciadas que la crisis ha producido, la forma en la que las mujeres se acercan y viven las situaciones y las repercusiones que en materia de autonomía económica, física y política están teniendo”, finalizó la jerarca.

Costa Rica debe avanzar hacia la formalización del empleo de mujeres a través de una recuperación económica que pasa por la incorporación de las mujeres en el mercado laboral y productivo del país, que será posible únicamente si se resuelve el tema de la corresponsabilidad social de los cuidados y de la redistribución de estas responsabilidades, que deben ser asumidas por el Estado, las comunidades, las familias y las empresas privadas.