
Despedir a alguien nunca será fácil y que alguien se quede sin trabajo, en pandemia, también es duro, pero es fútbol y muchas veces hay que cerrar ciclos.
A estas alturas del partido, la destitución de Andrés Carevic me parece la decisión más sensata para todos los sectores de Alajuelense.
De hecho, la catalogo como lo más sano para el propio argentino, porque es claro que la tensión actual se mantendría hasta el final en caso de que hubiese continuado en su cargo y que solo una nueva obtención del título se la quitaría de encima.
Desde que llegó como un desconocido, Carevic puso a la Liga siempre arriba en la tabla, con números muy buenos.
En su primer semestre al frente del club ganó la fase regular, pero perdió la final y la gran final. Hizo un nuevo intento. Sin embargo, Alajuelense no respondió y se quedó en neutro en los juegos de ida y vuelta de esa final.
La tercera fue la vencida. Sin necesidad de gran final, Carevic se quitó un peso de encima y acabó con la sequía, al obtener la histórica copa 30 de Alajuelense en diciembre pasado. Unas semanas después se proclamó campeón de la Liga Concacaf en un duelo contra el archirrival.
Venía otro desafío, porque los rojinegros añoraban el bicampeonato, un anhelo que acabó de la peor forma.
Los manudos hicieron un torneo impecable, al menos en la fase regular, donde terminaron invictos, pero en semifinales chocaron con pared con un cúmulo de errores, tanto del arbitraje, como propios.
Ahí se desmoronaron sus intenciones, pasando de un campeonato de ensueño a una pesadilla.
Una película de terror que golpeó tantísimo a la Liga que no logró sobreponerse y que arrastró secuelas más que visibles en este arranque para el olvido.
Porque no se trata de solo tres partidos malos de este torneo y la goleada encajada en la Supercopa frente a Saprissa.
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Es que en realidad la Liga acumula siete partidos oficiales sin victorias, una situación que para la dirigencia ya se volvía insostenible.
Tan inadmisible como un discurso en las redes sociales del club que enojó aún más a una buena parte de su afición desde varias horas antes del partido contra Cartaginés: “Juntos ganamos, juntos perdemos... ¡Juntos como desde hace 102 años!”, porque es absurdo que un equipo grande normalice la derrota.
Juntos ganamos, juntos perdemos… ¡Juntos como desde hace 102 años! pic.twitter.com/m9AwDmJy3F
— Alajuelense Oficial (@ldacr) August 7, 2021
En la directiva sabían que había llegado el momento de tomar decisiones y el propio Agustín Lleida también estaba claro de que aquello que nadie está por encima de la institución aplica para todos, sin excepción.

Muchas veces defendió a Carevic contra viento y marea y es el gestor de que el timonel no saliera antes, pero a Lleida le tocó actuar sin sentimentalismos, porque dejó claro que la destitución del suramericano “fue una decisión mía”.
Quizás, la medida más difícil que le ha tocado ejecutar desde que ejerce el cargo de director deportivo, pero él sabe que era lo correcto.
El fútbol es de resultados, que hoy no se estaban dando y algo que no se puede obviar es que el primer equipo es la base desde la que se manejan los hilos de todo el proyecto deportivo del club. Si ese eje no anda bien, afecta todo lo demás.
Según los datos del periodista y estadígrafo Christian Sandoval, Carevic estuvo 769 días al frente de Alajuelense y dirigió en 108 partidos (locales e internacionales), con 63 triunfos, 27 empates y 18 derrotas, para un rendimiento total del 66,6%.
A lo que he escuchado de buena parte de los jugadores actuales y de otros futbolistas que salieron del club es que el argentino es buen técnico, trabajador, esforzado, con metodología moderna y que su trato respetuoso pero exigente les agrada.

Hace un año lo pudieron salvar cuando estuvo en la cuerda floja, pero esta vez no fue así.
Al pasar eso, con un equipo sin respuestas en la cancha, era una clara señal de que se cumplió el ciclo y que el cambio de timón ya era necesario.
Le toca a la Liga volver a empezar, cuando todavía tiene margen para reponerse y tratar de recuperar terreno perdido. A ese grupo le toca reaccionar, sí o sí.
En cuanto a la afición ya había tolerancia cero, porque a pesar de que los partidos son a puerta cerrada desde que empezó al pandemia, las redes sociales son un parámetro para medir lo que piensa la gente.
Desde los amistosos de pretemporada era evidente ese divorcio con el argentino, a quien le achacaban mala lectura de partidos y ser predecible, aunque él siempre lo negó.
¡Muchas GRACIAS profe! En este proceso volvimos a saborear la gloria después de muchos años, llegó la 30 y La Liga CONCACAF. Nunca olvidaremos el legado de Andrés Carevic. ¡El mejor de los éxitos en lo que venga! pic.twitter.com/gkFa1SpWfJ
— Alajuelense Oficial (@ldacr) August 8, 2021
Carevic se va, pero su nombre nadie lo borrará de los registros históricos del club como ese técnico con el que Alajuelense rompió una sequía de siete años sin títulos y que llevó al equipo de nuevo a la competición internacional.
De continuar, la presión iba a ser mayor partido a partido, aunque el equipo repuntara, porque las dudas siempre quedarían para las instancias finales.
El argentino y la Liga toman caminos separados después de dos años. Será con un nuevo timón que Alajuelense busque levantarse otra vez.
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