A excepción de los pájaros, el dosel o parte alta del bosque es poco accesible y, por eso, poco conocido.
Con el fin de contrarrestar esta situación, la Organización de Estudios Tropicales (OET) inauguró ayer una red de torres con un sistema de sensores especiales, que permitirán a los científicos “subirse” a las copas de los árboles a descifrar las condiciones e interacciones naturales que se dan en el bosque de la estación biológica La Selva, en Sarapiquí, Heredia.
Si bien este es un sistema que ya se usa en zonas templadas, constituye una novedad en el trópico. En este sentido, unos ocho proyectos de investigación en curso se beneficiarán.
Uno de estos es un monitoreo de actividades de aves.
Gracias a micrófonos colocados en las torres, se podrá registrar su canto y posteriormente, un novedoso software ayudará a identificar cuál especie es.
Otro estudio que sacará provecho de las torres es el que analiza cuánto carbono (C) captan los bosques.
En este caso, los sensores permitirán medir la velocidad y dirección del viento, así como el oxígeno y dióxido de carbono en la atmósfera circundante a las copas de los árboles y cómo estos gases se comportan con la temperatura.
“Como se ve, lo que se necesitaba era contestar preguntas muy específicas de investigación”, declaró Carolina Murcia, directora científica de la OET.
La idea fue propuesta por un grupo de investigadores hace siete años. “Ellos venían estudiando el dosel del bosque haciendo uso de cables que los ponían en riesgo”, agregó Murcia.
Torres y sensores. El sistema está integrado por seis torres: cuatro son fijas, y están enlazadas entre sí para formar un cuadrado, mientras que las dos restantes están fabricadas con aluminio ultraliviano que facilita su traslado.
Las torres fijas están ubicadas en el bosque primario y cuentan tanto con electricidad como cable de fibra óptica, el cual facilita la transferencia de datos.
Sobre las torres –fijas o portátiles– se colocan sensores que registran continuamente datos sobre temperatura, precipitación, cantidad de luz, gases atmosféricos, entre otras.
A mediano plazo, todos esos datos permitirán a los científicos hacer cruces de variables para conocer más sobre el dosel y compararlo con lo visto y estudiado en la parte baja del bosque durante los últimos 30 años.
Si bien OET tiene sus sensores para la toma de datos para investigaciones propias, también facilitará la nueva infraestructura a los investigadores extranjeros o nacionales que los visiten.