Seguir conquistando podios se convirtió en un muy sueño lejano para la sudafricana Charlene Wittstock, después de sufrir una lesión en la espalda que le impidió volver a las piscinas. Pero lo cierto es que hoy, la vida le ha sonreído a quien fuera una nadadora olímpica y quien está a punto de alzarse con la medalla de Alteza Serenísima de Mónaco.
El 1.° y 2 de julio esta mujer de 33 años y de origen zimbabuense, unirá su vida a uno de los solteros más cotizados: el Príncipe Alberto II de Mónaco , heredero de una dinastía que reina desde 1927.
La pasión por la natación fue lo que llevó a esta rubia, alta, de ojos azules, a conocer a quien se convertirá en su esposo. Su primer encuentro se dio en el año 2000, en Montecarlo, donde ella participó en una competencia internacional de natación.
Nacida el 25 de enero de 1978, en Bulawayo, segunda ciudad de Zimbabue, la joven ha demostrado que sabe esperar, y que tiene la paciencia, determinación y entrega requeridas para convertirse en la princesa soberana de una de las últimas monarquías europeas, según publica la agencia de noticias AFP, en un perfil sobre la sudafricana.
A la fecha, Wittstock ha comenzado a dar en público señas de su carácter. Por ejemplo, ha sido determinante al exclamar que, aunque aceptará con humildad su papel como princesa, no quiere que la vean como una simple copia de su predecesora: la mítica Grace Kelly, quien fuera la madre de Alberto II.
“No se puede comparar a dos personas” , ha afirmado esta espigada rubia, en las múltiples entrevistas, que desde el anuncio del compromiso, en junio del 2010, la pareja ha ofrecido, según publica en un reportaje la agencia EFE.
Un perfil sobre la futura princesa, elaborado por el diario estadounidense
El diario señala que la prometida del hijo de Raniero III de Mónaco es una mujer terriblemente ansiosa por responder a todas las preguntas que se le formulan.
En su reportaje, el rotativo recoge las impresiones de Jenny Crwys-Williams, una conductora de un programa radial que entrevistó a la exnadadora y quien la describió como una persona aterrorizada de equivocarse al responder.
“Ella estaba absolutamente aterrorizada de decir algo fuera de lugar y quedar mal ante las terribles mujeres de palacio”, manifestó Crwys-Williams.
“Hubo un momento fascinante en que le pregunté por el sorprendente cuarto azul de palacio, y me dijo que no sabía si podía hablar de eso. Me provocó abrazarla y decirle que todo va a estar bien”, añadió la comunicadora.
En este lapso, la chica de aspecto atlético y fuerte, que vestía ropa deportiva y calzaba sandalias, se ha convertido en una bella mujer, de silueta esbelta y elegante, que viste creaciones de modistas como Giorgio Armani, modista que, por cierto, ha diseñado su vestido de novia.
EFE publica que Charlene no ha tenido problema en admitir en entrevistas que, en un principio, tuvo algunos desaciertos en cuanto a la forma en que debía vestir.
A manera de anécdota, recuerda que en una ocasión asistió a un baile vestida como árbol de navidad, al ir con un traje verde y uñas pintadas de rojo.
El cambio en el estilo de vida de la sudafricana –el cambiar las sandalias y las tenis por los tacones– ha sido drástico, si se toma en cuenta que toda su vida ha estado ligado al ámbito deportivo.
Desde los tres años practica natación y fue a los ocho que descubrió su pasión por esta disciplina.
Esta exnadadora comenzó a llamar la atención por su destreza al principio de los años 90, en los campeonatos de menores de Sudáfrica.
A los 17 años se instaló en Durban para seguir al entrenador Graham Hill, y en el 2000 representó a Sudáfrica en los Juegos Olímpicos de Sidney. En el 2002 ganó tres medallas de oro en la Copa del Mundo, en 50 metros y 100 metros de espalda, y en la posta de 4 x 100 metros.
Una lesión en la espalda la mantiene alejada de las competencias, pero su popularidad no se ve afectada, ya que la prensa sensacionalista ha aprovechado cada una de sus furtivas apariciones con el príncipe de Mónaco, publica EFE.
Fue vista por primera vez junto a Alberto en el 2000, en Monte Carlo. En el 2006 sus apariciones conjuntas se multiplicaron. Primero en los Juegos Olímpicos de Turín,
en febrero, y en mayo en el Gran Prix de Fórmula 1 de Mónaco.
Pero para Alberto, fogueado por los múltiples compromisos que ya le habían atribuido en el pasado, el asedio de la prensa lo molestó.
Las demandas judiciales comenzaron cuando la revista francesa
Para EFE, Wittstock ha resistido mejor las presiones de la prensa. Cuando se la interroga, dice ser “abierta y positiva”. Le gustan los viajes por Europa, en especial Italia, Francia y España.
También es muy directa cuando dice que adora a los niños, y que espera poder tener un hijo rápidamente, según el diario francés