“No podemos alargar el plazo de vencimiento de los bonos griegos ni reducir los intereses. Ambas opciones serían una forma de condonación de la deuda y consecuentemente una financiación directa del Estado griego, algo que no le está permitido legalmente al BCE”, dijo.
Asimismo, Asmussen señaló que “no se puede dar por supuesto” que Grecia reciba en noviembre un nuevo tramo del paquete de rescate y se salve así de la bancarrota.
“Mi preferencia clara es que Grecia permanezca en el euro, pero la clave para ello la tiene Atenas”, declaró.
Al mismo tiempo, el alto ejecutivo del Banco Central Europeo subrayó que “la condición para el pago a Grecia del siguiente tramo es que cierre el agujero presupuestario para 2013/2014 y lleve a cabo amplias reformas estructurales”.