La nutrida participación del cine de Argentina en el 52 Festival de San Sebastián ofreció ayer Cama adentro, una coproducción hispano-argentina en la que el director Jorge Gaggero retrata la decadencia de una mujer antes rica y hoy empeñada en aparentar lo que no es y lo que ya no tiene.
El protagonismo de Cama adentro, expresión que en Argentina se refiere a la empleada doméstica que vive en el hogar para el que trabaja, es de la actriz consagrada Norma Aleandro, que hace de dueña de casa, y de la debutante Norma Argentina, que en la vida real ha trabajado como mucama, el mismo papel que hace en el filme.
Beba Pujol (Aleandro), la “señora” de la casa, vive un momento amargo de su vida como consecuencia de la crisis económica argentina, pues la falta de liquidez y el hecho de no tener ningún ingreso, le impiden mantener un nivel de vida al que estuvo acostumbrada en otras épocas.
Como último recurso para conseguir algún dinero, la “señora” decide vender entre sus conocidos unos barros nutritivos para la piel -“fangos” dice ella, porque cree que suena más profesional-.
Historia
La mujer, que argumenta su dedicación a vender estos “fangos” de dudosa eficacia y marca desconocida como una inversión que ha hecho en una multinacional de cosmética, vive permanentemente en una especie de parodia con la que engaña a todos sus conocidos menos a Dora, la mucama.
La historia que cuenta la película transcurre durante el tiempo que duró el “corralito”, una medida económica que sufrieron los argentinos y que limitó el uso de efectivo y la disponibilidad de los fondos depositados en los bancos.
Jorge Gaggero dijo que su película es “varias cosas”, entre ellas “una historia de amor” y la oportunidad de describir “un momento histórico” desde la perspectiva “de dos mundos que conviven en Argentina, la empleada de tez morena, casi indígena, y la mujer de clase media, con sangre europea en sus venas.
El cineasta, que compite con su filme en el apartado Nuevos Directores de la sección Zabaltegi del Festival, cree que “guardar las apariencias es un producto de los años noventa donde todo era derroche en la Argentina menemista (del presidente Carlos Ménem); una primavera en la que todo el mundo gastaba en exhibir, en pretender”.