Los altos ejecutivos de la petrolera británica BP hacen cuentas desesperadas a causa del derrame de crudo que provocó una de sus plataformas en el golfo de México, el pasado 20 de abril. Los números no están de su lado, por ahora.
Las acciones de la empresa cayeron un 50% en cuestión de dos meses en la bolsa de Nueva York. Al cierre de transacciones, el viernes pasado en Wall Street, una acción de BP se cotizaba en $30.
La tendencia negativa también se reflejó en la bolsa de Londres, donde los títulos terminaron con una baja de 0,63%.
A causa de la pérdida en el mercado bursátil, la empresa vale hoy poco menos de $100.000 millones.
Esto representa una quinta parte del fondo de contingencia de $20.000 millones que la empresa se comprometió a tener con el Gobierno de Barack Obama, la semana pasada, con el fin de cubrir los costes derivados del vertido de crudo.
En un corte efectuado el miércoles pasado, la empresa informó de que ha gastado $1.750 millones en los trabajos de limpieza del derrame de miles de barriles diarios.
El objetivo, agrega el rotativo, es “dar confianza a los mercados sobre su fortaleza financiera”.
Para lograr reunir esta cantidad de dinero, la compañía emitiría bonos por un valor de $10.000 millones, al tiempo que estaría gestionando préstamos por otros $20.000 millones.
Esto sin contar con la venta de activos en el mar del Norte y en una empresa petrolera rusa, por la que obtendría cerca de $20.000 millones, indicó
Y es que se espera que la empresa enfrente una avalancha de reclamos sin precedentes.
La Comisión Judicial de la Cámara de Representantes en Estados Unidos informó el viernes a la prensa de que los reclamos de personas y empresas afectadas por el derrame podrían ascender inicialmente a $600 millones.
La primera recortó la calificación de BP en dos niveles, hasta A, el sexto mayor nivel de grado de inversión, desde AA menos.
La agencia puede bajar nuevamente la calificación de la petrolera si aumentan los costos que enfrenta por el derrame, indicó S & P en un comunicado.
Moody’s, por su parte, redujo la calificación de BP en tres escalones: de Aa2 pasó a A2, al tiempo que indicó que mantiene en revisión la nota.
No solo por las múltiples erogaciones que ha hecho hasta ahora y por las que hará más adelante, sino porque sus títulos pierden valor en las bolsas de Nueva York y Londres, sin contar con la rebaja en las notas de riesgo.
“La enorme caída del precio de la acción, donde toda noticia en el mundo financiero se considera importante para la valoración de las empresas, hace que este tipo de situaciones sean complicadas en lo financiero y en lo legal”, dijo el especialista costarricense.
Baltodano no se atrevió a predecir una posible quiebra de la compañía, pero aseguró que a BP le será difícil restablecer su confianza en los mercados de capital, confianza que le haría más fácil la búsqueda de recursos frescos.
“Lo que podemos ver ahora es mucha incertidumbre. La empresa anunció que no pagaría dividendos a sus accionistas este año, porque la empresa requerirá flujo de caja (entradas y salidas de efectivo) para hacerle frente a los diferentes flancos abiertos por este accidente”, agregó Baltodano.