
Parece que fue hace mucho, mucho tiempo, cuando The Walking Dead nos importaba a todos. O bueno, al menos a los que teníamos el estómago de ver cómo una semana sí y otra también algún desgraciado era comido vivo por zombis frente a una cámara.
La noche del domingo 20 de noviembre y, después de 12 años y 177 episodios, The Walking Dead llegó a su final, uno que bien pudo haber ocurrido hace años y así evitarse la caída en la intrascendencia.
Cuando TWD se estrenó, en el 2010, tomó al mundo por asalto. Su productora, la cadena AMC, la integró a una terna de series originales que cambiarían la historia de la televisión (¿les suenan Breaking Bad y Mad Men?), y la sobrevivencia de aquel puñado de disfuncionales seres humanos en medio de la salvajada propia de un apocalipsis zombi se volvió tema obligatorio, fuese en los almuerzos de oficina, redes sociales o agenda mediática.
Hoy mucha gente se sorprende al caer en cuenta que aún se seguían emitiendo nuevos episodios del drama que en algún momento fue una fuerza imparable en rating y que en sus primeros años fue nominado como mejor nueva serie por la Writers Guild of America Awards; que fue postulado al Globo de Oro a la mejor serie dramática; nombrado uno de los mejores programas del 2010 por el American Film Institute; que le llovían los Saturn Awards; que concursó para Mejor Serie Dramática en los Critics’ Choice Television Awards, y que solo con su episodio piloto, el aclamado Days Gone Bye, obtuvo tres nominaciones al Emmy.
Fox, que se hizo con los derechos de transmisión fuera de Estados Unidos, convirtió a The Walking Dead en uno de sus activos más poderosos y las noches de domingo eran suyas (cuando no había Game of Thrones en HBO, claro está), pues el estreno de los nuevos episodios era esperado, con ansias y desespero, por millones de fans. Quienes no se colgaron a la serie desde un inicio pronto supieron que estaban perdiéndose de algo bueno y Netflix les hizo el favor de subir las temporadas anteriores y facilitar maratónicas de dolor y vísceras expuestas.
Todo eso pasó hace ya mucho tiempo, o al menos así se siente. Parece haber claridad que entre las temporadas 6 y 7 que TWD empezó a perder fuelle, especialmente tras la sangrienta y muy criticada muerte de los personajes de Glenn y Abraham. A partir de ahí la serie siguió perdiendo a algunas de sus principales estrellas (Andrew Lincoln, Danai Gurira, Sonequa Martin-Green, Chandler Riggs, Steven Yeun...), atraídas por proyectos artísticos de más renombre, y el público masivo hizo lo propio al irse desconectando paulatinamente, hasta que al final solo quedaron los seguidores de hueso colorado.
Sin embargo, y pese al notorio declive de calidad y popularidad del programa, TWD siguió atrayendo buenos números de sintonía y alrededor suyo la cadena AMC construyó un universo narrativo compartido, lanzando series derivadas como Fear The Walking Dead y TWD: World Beyond, así como un lucrativo negocio de licencias y mercadeo. Así, la historia se estiró mucho más de lo recomendado, a costa de darle más protagonismo a personajes secundarios que antes no importaban tanto, como Eugene, Aaron, Gabriel o Rosita.
Admito que desde hace ya algunos años, ver TWD era casi como una tarea, algo que me impuse simplemente porque ya era mucho el tiempo que le había dedicado a la serie y necesitaba ver a dónde llegaría aquello. En esos años hubo historias especialmente aburridas, como la de Darryl y Leah, y los capítulos se sucedían sin intrascendencia, sin mucho para recordar.

A partir de aquí encontrará spoilers sobre el final de TWD y sus temporadas más recientes.
La temporada 11, la última, no recuperó la fuerza y, de hecho, transitó a lo largo de sus primeros 20 episodios arrastrando los pies con una trama aburrida de los personajes principales opuestos al gobierno dictatorial de la próspera comunidad de Commonwealth. ¿De qué se trataron esos episodios? Difícil recordarlo y la verdad es que poco importa. Sirva lo siguiente de sumario de casi toda la temporada:
Negan, metido en un arco de redención desde hace años, ya no es malo, está casado y va a ser papá; Maggie tolera más a Negan (aunque la dejara viuda y a su hijo huérfano); Darryl sigue igual de inexpresivo; Carol anda por ahí, haciendo cosas; Ezequiel a veces da algún mensaje motivacional, de vez en cuando hay tiroteos en los que nadie se muere, los zombis son música de fondo... y ya. Mientras tanto, la producción nos obligó a pasar horas de horas con personajes que antes eran complementarios, como Gabriel, Eugene, Aaron, Yumiko, Princess, Jerry, Magda... aburridísimos.
Afortunadamente, los últimos dos episodios inyectaron la energía que la trama había adolecido por años, y fue emocionante ver de nuevo al grupo de sobrevivientes enfrentados a hordas de muertos vivientes en un enfrentamiento final. Por primera vez en años, uno de los protagonistas fue mordido por un zombi, lo que obligó a una amputación como las que antes eran habituales en la serie; se estableció un futuro feliz para casi todos y aquellos que no sobrevivieron, como el musical Luke y la incansable y aguerrida Rosita, recibieron despedidas muy sentidas.
El episodio de cierre, Rest in Peace, además trajo brevemente de vuelta a los populares personajes de Rick y Michonne, cuyos desenlaces habían quedado abiertos desde temporadas anteriores, cuando sus intérpretes salieron del programa.
Esto abre la puerta para lo que vendrá, pues Andrew Lincoln y Danai Gurira empezarán a grabar en el 2023 una serie todavía sin título, de seis capítulos, en la que se retomará su historia más allá del final de TWD. Además, se sabe que Lauren Cohan y Jeffrey Dean Morgan continuarán como Maggie y Negan en TWD: Dead City, otra nueva serie que se desarrollará en Nueva York, y Norman Reedus hará lo propio en una tercera serie que verá a su popular Daryl cruzar el Atlántico y lidiar con el apocalipsis en París.
Y si a todo esto sumamos el cercano estreno de Tales of the Walking Dead, otra serie que abordará historias individuales de sobrevivientes, pues a estos muertos vivientes al parecer el cadáver andante les rendirá para rato.
Por lo demás, solo queda agradecer a TWD por ponernos en el mapa a intérpretes que a partir de la serie dieron un salto cualitativo a la pantalla grande, como Jon Bernthal, Steven Yeun y Danai Gurira. Su extraordinario trabajo de hoy tiene mucho que ver con los zombis con los que pelearon ayer.
Si desea, ahora sí, maratonear The Walking Dead sin parar puede hacerlo en el servicio de streaming Star+, donde están las 11 temporadas completas (en Netflix por ahora solo hay 10). En tanto, Amazon Prime Video ofrece sus series hermanas, Fear The Walking Dead y The Walking Dead: The World Beyond.