
La edición número 68 de los premios Tony del teatro no lograron aumentar la audiencia de televidentes, pero sí lograron sorprender con la conducción de Hugh Jackman y la actuación en vivo de Neil Patrick Harris.
El reconocido actor saltó al escenario del Radio City Music Hall al mejor estilo de una drag queen , esto como parte de la interpretación que hizo del espectáculo musical Hedwig and the Angry Inch , performance por el cual recibió el galardón en la categoría de mejor actor.
Una larga y voluminosa peluca rubia, botines dorados, un vestido de jeans muy colorido, fueron parte del atuendo que usó Harris para conquistar al público de la gala.
Según reveló el actor, esta fue una de las mejores noches de sus vidas, pues tuvo la excusa “perfecta” para poder bailar sobre los regazos de su colega, el guapo Orlando Bloom, mientras cantaba la canción Sugar Daddy, como un homenaje al cantante Sting.
“Es difícil pavonearse en tacones altos y no sentirse un tonto, es difícil manejar una peluca... pero en un papel así, hay que comprometerse. No se puede andar de puntillas, hay que arrasar. Y cuanto más confianza cogí, más lejos fui, mejor me sentí”, expresó al terminar el show .