Hace más de 15 años, cuando Ginnés Rodríguez estaba por terminar de estudiar periodismo, en la Universidad de Costa Rica, ella intentó hacer práctica en el programa de Repretel Informe 11. Sus compañeros y colegas eran conscientes del gusto que Ginnés tenía por las historias que allí se contaban. Aquella vez, por distintas razones, no se dio la posibilidad.
Para la entusiasta profesional las puertas que se abrieron en ese momento fueron las de Teletica, televisora en la que tras hacer práctica se convirtió en una de sus periodistas y, más adelante, en presentadora y jefa de información.
Ginnés trabajó por 12 años en canal 7, pasó por las revistas Más que Noticias y Buen día. En el 2017 renunció para asumir nuevos retos alejados de la pantalla.
Hoy, cuatro años y medio después, Ginnés regresa a la televisión el lunes 9 de agosto. Lo curioso es que, como un premio de la vida, la oportunidad que le llega es en el espacio que tanto quiso: Informe 11: las historias.
Ginnés, de 38 años, llega tras la salida de Natalia Monge, quien el 23 de julio comunicó que había tomado la difícil decisión de renunciar, pues en este momento puso a su familia como prioridad. Ella es madre de Amanda (5 años) y Joaquín Mata Monge (de 10 meses).
La nueva presentadora, quien es televidente fiel del programa, comenta que le dolió saber que Natalia se iba, pues reconoce que cada presentadora de Informe 11 ocupa un lugar en los hogares costarricenses. Para Ginnés, Natalia siempre será parte de la familia y espera que ella no deje de visitar el programa. También le gustaría que le brinde consejos.
Rodríguez hará dupla con Lussania Víquez. Ya ellas compartieron, conversaron, se entendieron. Ginnés dice que se siente encantada con el ángel, carisma y energía de su nueva compañera.
En entrevista Ginnés, la mujer, la mamá, la profesional y la esposa, habló sobre esta nueva etapa de su vida, de la familia y de la manera en que hecho frente a pruebas como la de su esposo Gerardo Zamora -también periodista- a quien hace dos años le detectaron un tumor en el ojo.
Siempre veo el lado positivo de las cosas. Me gusta escuchar y aprender de los demás. Todas las personas nos pueden enseñar algo y voy como una esponjita para aprender de quienes, incluso desde el silencio, me pueden enseñar.
— Ginnés Rodríguez
--¿Por qué decide darse una nueva oportunidad con la televisión?
Hay dos razones: la primera son las historias. Cuando estaba en la universidad, Informe 11 estaba empezando y dije que qué lindo trabajar en un programa como ese. Me sorprende porque fue un anhelo. Cuando estuve en canal 15 mis compañeros me decían que ojalá me contrataran en Informe 11. Yo quería por el reporteo. Pedí hacer práctica, pero en su momento no se pudo. Me encanta ese tipo de periodismo humano y que tiene que ver con rescatar la esencia de la gente, que nos deja lecciones de vida.
“Y la otra razón es que yo dejé la televisión pero la televisión nunca me dejó. Quien pasa por este escenario conoce la magia que tiene la producción audiovisual, siempre atesoro la televisión. Permite transmitir información valiosa que puede cambiar la vida de alguien. Surge esta oportunidad y la verdad es que ni lo pensé.
--¿Entonces la vida le está cumpliendo un sueño?
Pues sí. Casi que 15 años después, pero sí. Salí de la U en el 2005.
--¿Qué quiere dar y recibir del público de Informe 11?
Yo espero compartir noches de mucho positivismo, de mucha inspiración. De aprender con los personajes, con las historias, con sus talentos. Nunca había tenido esa faceta solo de presentadora. Quiero disfrutar de esa posibilidad de compartir de forma más amena.
“Espero que me hagan un campito en su casa, en sus corazones. Es un programa chineado por los costarricenses y Repretel, las personas lo atesoran en el corazón. Con humildad espero que me regalen un campito para compartir alegrías y lecciones a partir de las historias”.
--¿Cómo vislumbra este camino? Ahora solamente trabajará como presentadora y ya no con el ajetreo del reporteo o coordinación de noticias diarias…
Voy a tener que agarrarme. Si hay algo que no soy es queditita. Quiero aprender de mis compañeros. Conocer su trabajo. Ojalá me permitan en algún momento ir a reportear. Es una de las fiebres: conocer la dinámica y el trabajo. Voy a estar buscando temas y viendo oportunidades de una historia linda y se las voy a terminar pasando a ellos. Voy a bajar revoluciones y disfrutar. Voy a dejarme llevar.
--¿A qué Ginnés veremos en este regreso a la pantalla?
Creo que va a ser la más auténtica de muchísimo tiempo. Las noticias tienen un estilo mucho más formal. Los tiempos son más limitados y las opiniones más reducidas. Sin embargo, este programa es todo lo contrario. Aquí podemos reír, llorar, expresar, interactuar con el público: nos pueden sentir más cerquita.
--Usted se proyecta como una mujer feliz y realizada. ¿Qué es lo que quiere transmitir a otras mujeres ahora que tendrá mayor visibilidad?
Creo que si pudiera transmitirles un solo consejo es que no dejen de soñar y luchar por sus anhelos. A veces como mujeres y mamás terminamos posponiendo o anulando muchas de las cosas para poder estar al lado o poner en primer lugar a otros. Para mí llegar a Informe 11: las historias es un reto, pero es la realización de algo por lo que he trabajado y que llega porque Dios es muy grande y me está regalando algo que siempre soñé.
“Aveces nos concentramos tanto en cumplir sueños de los demás y no vemos que tenemos oportunidad de disfrutar nuestros propios sueños. Quiero que en ese programa pueda ser un poco de inspiración o motivación para que mujeres saquen ese emprendimiento guardado, que retomen el estudio o hacer algo que las apasiona. Llegará el momento, a veces puede ser cuestión de años o meses, ó 16 años como me está pasando”.
--Ginnés, en sus redes sociales usted comparte instantes de su vida ocasionalmente. Ahora que se vuelve una figura más pública, ¿cambiará esa dinámica? ¿Le interesaría unirse a la ola de generadores de contenido e influencers? De ser así, ¿cuáles son los mensajes que quisiera compartir con sus seguidores?.
Eso es todo un reto. Las redes sociales han sido un desafío. Yo abrí Faccebook cuando salí de canal 7 porque a nivel institucional debía aprender a usarlo. Por un tema académico, para aprender sobre Instagram lo abrí y ha sido sorprendente que mucha gente me ha empezado a seguir. Yo subo muy poco, no mantengo constancia. Si se me diera la oportunidad, la verdad es que no lo descarto, a mí me encantaría compartir algunos mensajes de cómo ciertas situaciones en la vida, retos y desafíos se han hecho llevaderos y les he sacado provecho a partir de cambiar la forma en cómo los veo, los pienso, los valoro.
“De pronto esto, que me ha ayudado para enfrentar momentos difíciles, pueda servirle a otras personas a sobrellevar situaciones similares que estén pasando. Si me convierto en una influencer, si llega a pasar, espero no convertirme en una que solamente presenta una imagen, sino quiero presentar un contenido”.
--En los últimos años su familia ha atravesado momentos difíciles luego de que su esposo Gerardo Zamora pasara por un proceso de salud. ¿Cómo fueron esos tiempos y qué enseñanzas quedan de lo vivido?
Bueno, cómo fueron no, cómo son. Todavía estamos. Seguimos en el proceso y aprendimos a visualizarlo así: a veces en la vida uno se plantea un camino con una ruta y resulta que tenía piedras, árboles caídos y que hay que hacer curva para avanzar. No sabemos la ruta exacta pero sí a donde queremos llegar. Vamos paso a paso.
“Mi esposo es carguísima, un luchador, mi mayor fuente de inspiración. Si yo siento que no puedo con esto, veo que él saca energía y positivismo para seguir avanzando en este camino. Me inyecta”.
“Juntos hemos aprendido cuáles son las luchas importantes. A él fue el primero que le conté de esta bonita oportunidad. Y como siempre me dice: adelante. Así fue cuando quise ir a España a vivir unos meses para sacar la maestría. Él siempre es así. Me catapulta. Este proceso lo hemos vivido juntos y celebrando pequeños logros, estando juntos en las batallas”.
--Usted es una figura que ha ganado credibilidad por lo formal de su profesión y es alguien a quien admiran y ven con respeto. Sin embargo, la exposición además de apoyo, algunas veces puede traer críticas. ¿Cómo se prepara para esto y cómo quisiera blindar a sus hijos?.
Yo tengo una apertura con respecto a las críticas. Me gusta escuchar las críticas porque puedo aprender de ellas. Siento que ninguna es constructiva, uno es quien la hace así. Habrá opiniones que puedo tomar en cuenta. La ventaja con mis hijos es que están pequeños: Luciana, que tiene ocho años, ahorita lo que más le gusta es Youtube, no otra red social.
“Seguro vamos a tener (para Luciana) otras redes más adelante, pero que ellos (sus hijos) aprendan que las críticas son parte de la vida y las vamos a tener desde cualquier oficio. Está en nuestras manos ver qué tomamos de esas palabras. Muchas de estas críticas podrían traer oportunidades de mejora”.
-Hablando de los niños, ¿cómo están Luciana y Marcelo?
Están enormes, lindos, con personalidades muy diferentes. Luciana es muy crítica, tengo a la principal crítica de la mamá en casa. Es muy empoderada, determinada, sabe lo que quiere. Es una de mis maestras de vida. Marcelo es un amor, está enamorado de la mamá. Me pasa dando besos, le encantan los dinosaurios, aprendió gran cantidad; ahora está con los pokemones. Y estoy aprendiendo con él. Le gusta aprender. A Luciana le gusta la parte artística. Estoy enamorada de mis hijos.
-¿Cómo se siente Ginnés Rodríguez en todos los ámbitos de su vida?
Creo que a las puertas del cuarto piso estoy en uno de los mejores momentos de equilibrio de mi vida. Las cosas que antes podían desestabilizarme ya no lo hacen. Tengo muchísima más seguridad de lo que soy. Encuentro los momentos de felicidad más fácilmente. Profesionalmente he crecido muchísimo. Me encanta lo que hago en la ESPH (Empresa de Servicios Públicos de Heredia, donde continuará) y ahora poder combinarlo con la presentación siento que estoy tocando el cielo. Combinaré dos facetas que me encantan: la parte de planeación de comunicación y la televisión.
“En la parte personal lo tengo todo: tengo una familia que es mi refugio. En momentos difíciles cuento con ellos y ellos conmigo. Creo que a Dios se le fue la mano conmigo. Estoy muy bien. Estoy agradecida con lo que tengo y con lo que no. Como dirían en España estoy ‘flipando’, así tal cual. No me cambio por nadie”.