Todo padre de familia desea ver a sus hijos triunfar: es normal. Que anote un gol en el partido del sábado; que saque el mejor puntaje en la competencia de gimnasia, de ortografía, de matemática; que le den una medalla; que aquel trofeo dé para rajar por generaciones.
Pues bien, Dance Moms no tiene nada que ver con ese tipo de progenitores. El popular reality show del canal Lifetime –cuya sexta temporada empezará este domingo 10 de enero– nos mete dentro del mundo de aquellos padres tan ceñidos con ver a sus hijos en lo más alto que están dispuestos a pasarle por encima a quien sea... como sea.
La acción “real” (vamos, que bien sabemos que la mayoría de las situaciones aquí representadas tienen producción detrás) se desarrolla en la Compañía de Danza de Abby Lee, donde la instructora que le da su nombre forma los talentos de un grupo de adolescentes bailarinas.
Sin embargo, este programa poco tiene que ver con las chicas, quienes interpretan un papel secundario a la par de la insoportable y despótica Abby y las no menos intrigantes madres de familia.
Cinco son las señoras que semana a semana se sientan a ver a sus bailarinas ensayar, mientras que lejos de las colchonetas tejen todo tipo de traiciones y manipulaciones, todo con tal de “asegurar” el futuro de sus hijas (aunque eso bien implique serrucharle el piso a otra chiquilla compañera de equipo).
Abby Lee Miller es una tipa manipuladora y cuyo “estilo” le da licencia para ser abusiva verbalmente con sus dirigidas. Todo esto se recoge en cámara, ojalá captando el justo instante en que la alumna humillada rompe en llanto.
Las Dance Moms son harpías, y por eso funcionan tan bien en la televisión. Sus “naturales” antologías nutren culebrones bien contados, cuidadosamente puestos en escena y con la justa dosis de todo para que el televidente quiera ver más, aún a sabiendas de que aquello está mal.
Televisivamente hablando, todos tenemos placeres culposos. Así que no se acongoje si usted ve Dance Moms a escondidas.
Véalo. Domingo 10. Lifetime. 7:00 P.M.