Sus profundos ojos de color verde son bien reconocidos entre los amantes de las telenovelas. Gracias a su porte de galán y su mirada de villano, el actor mexicano Alexis Ayala es recordado durante sus 25 años de trayectoria en la pantalla chica.
Se le ha visto como el más malo de los malos y, en otras ocasiones, también ha interpretado papeles como el bueno, aunque acepta que ser villano es más divertido.
En su carrera, [[BEGIN:INLINEREF LNCVID20150130_0010]]Ayala[[END:INLINEREF]] se ha destacado en culebrones como Los parientes pobres (1993), Yo amo a Juan Querendón (2007) y Lo que la vida me robó (2013).
Actualmente, el artista es el dolor de cabeza de una pareja de jóvenes en la novela La sombra del pasado , que se transmite por Repretel. Asegura que interpretar a Severiano Mendoza es la cereza del pastel en su camino.
Desde los estudios de Televisa, en México, Ayala habló con Viva , vía telefónica, en medio de la grabación de un episodio de la telenovela. El [[BEGIN:INLINEREF LNCVID20150130_0011]]actor[[END:INLINEREF]] celebró su aniversario y habló acerca de sus hijas y su matrimonio.
A continuación, un extracto de la entrevista.
La sombra del pasado llega para celebrar su 25 aniversario en la industria. ¿Cómo toma la historia y el personaje?
Es una producción de Mapat López, quien hizo una historia libre y muy bien adaptada del Manantial , de Cuauhtémoc Blanco; la historia es muy fuerte porque arranca muy violenta para que eso sea la sombra del pasado de los jóvenes. El personaje de Severiano Mendoza es un premio, me siento fascinado; es como la cereza del pastel del festejo de mis 25 años de carrera.
¿Por qué Severiano es tan especial si durante su carrera ha hecho a tantos villanos?
Porque es muy fuerte, es un personaje bien escrito. No es el villano que se maneja por una necesidad de dinero o por deseo, sino por el poder y por el amor que le tiene a su hijo. Severiano no tenía necesidades económicas, tenía un matrimonio casi perfecto y, por su mal carácter, sufrió un accidente trágico y perdió su brazo, hijo y tierras.
¿Qué retos le impuso esta interpretación?
Físicamente, para empezar, él no tiene uno de los brazos y eso cambia todo mi equilibrio y el accionar para hacer cosas; eso me hace respetar muchísimo a la gente con capacidades diferentes porque, a veces, no somos conscientes de lo difícil que es eso. Además, las carreras emocionales que tiene son durísimas porque, a pesar que sigue casado, él lo pierde todo; no tiene ningún tipo de amor.
Sin embargo, gracias a la experiencia haciendo villanos, se le facilitó la interpretación...
Él es una mezcla de los villanos que he hecho antes. Tiene una gama amplia de actitudes, ya que no se porta igual con todos los personajes. Él no es el malo siempre; a su hijo lo trata con mucho amor y a su mujer, aunque está en constante pleito con ella, no deja de amarla.
En esta producción tiene la oportunidad de compartir créditos con su esposa, Fernanda López, y su hija Stephanie. ¿Cómo ha vivido esta experiencia?
En la parte familiar, Fernanda y yo lo tenemos como bien dividido; esta no es la primera vez que trabajamos juntos, así que sabemos cómo hacerlo.
”En cuanto a Stephanie, esta es su primer telenovela y tiene un personaje pequeño; es maravilloso verla dar sus primeros pasos. Lo que hago es darle mis puntos de vista, pero no le digo lo que tiene que hacer; cada quien hace su camino”.
Es reconocido como un galán de las telenovelas. ¿Cómo recibe ese cariño de la gente?
Me encanta el hecho de tener esta carrera; si he estado aquí 25 años es por el apoyo de la gente. La verdad es que si no nos siguieran no tendríamos la oportunidad de seguir trabajando.
Tras 25 años de carrera, ¿qué sueño le hace falta por cumplir en el trabajo?
¡Me falta todo, todo por hacer! Ahorita que cumplí 25 años, Mapat me dio la deferencia de primer actor, que uno no lo pide, sino que se lo dan los productores y la gente; cuando lo vi al aire, casi lloro. Siento que estoy empezando de nuevo, es una etapa nueva como actor más maduro.
¿Cómo logra mantenerse en vigencia?
Tocando puertas, aceptando oportunidades, buscando proyectos, haciendo de todo. La actuación es un trabajo de todos los días y no puedes confiarte, hay que tener un compromiso con la carrera.
¿Ha tenido que rechazar algún papel o escena?
Nunca le digo que no al trabajo, pero sí ha habido personajes que he rechazado después de estudiarlos porque no me llenan o no me dan crecimiento.
¿Qué recuerda de su debut en la televisión?
Recuerdo nervios, excitación, emoción. Mi primera novela fue Cuando llega el amor , de Karla Estrada, en la que estuve con Omar Fierro y Lucerito. Cuando se da la primera oportunidad, lo que hay que hacer es entrar con fuerza.
¿Queda algo de esos nervios?
Siempre; los tengo en los primeros días de grabación y en los días de estreno. Después se quita el nervio y se convierte en atención para los personajes; no se puede permitir que los nervios te ganen, tienes que convertirlos en algo a tu favor.
¿Qué personajes son especiales para su carrera?
Varios. Víctor, el que hice en Cadenas de amargura , me abrió la carrera y me dio la oportunidad de que los productores me vieran. Con Karla Estrada hice mi primer papel de villano en Los parientes pobres; esa fue la novela que definió mi carrera como antagonista.
”Otro que recuerdo con cariño fue el que hice en Tres mujeres porque trabajé con Raúl Araiza y me enseñó a dirigir; llevo más de 25 telenovelas y esas han sido importantes, no porque las otras no lo hayan sido, pero estas las recuerdo porque los personajes y la producción me llenaron mucho”.
¿Cómo vive su vida fuera de los foros de grabación?
Ver a mi hija Roberta (4 años) me tiene loco; de repente, ver series o salir a cenar con mi mujer también lo disfruto mucho. Además, me encanta jugar póker y participo en campeonatos.
¿Bajo qué ley se rige su vida?
Trato de no meterme en conflictos con nadie; hay que tener tolerancia con uno y si la tienes, la tendrás con otras personas. Mi papá me decía que las tristezas y alegrías duran tres días; todos los días hay que tratar de ir adelante con paz y tranquilidad.
¿Cree que se le ha subido la fama a la cabeza?
Quien diga que no se le sube a la cabeza, miente. La fama te llega sin que lo esperes, hay reacciones padrísimas de la gente y, cuando eso se vive por primera vez, por supuesto se te sube a la cabeza; sin embargo, cuando avanzas te das cuenta de que es algo que sube y baja en cualquier momento.