Mykola Diadiura y la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) forjaron una lectura calibrada y lúcida del
En la segunda presentación como director invitado frente a la OSN, el ucraniano confirmó la impresión favorable que había dejado su debut en el año 2007, tanto por la musicalidad de su desempeño como por la gestualidad precisa y elegante desplegada sobre el podio.
Articulación nítida, timbres matizados, prontitud rítmica engalanaron la versión de Ganz del primero de Beethoven, en realidad su segunda incursión en el género, estrenado por el compositor mismo en Viena en 1802.
La pieza dio fin a la primera parte de la presentación y la lectura acendrada de Brian Ganz y el acompañamiento diligente y solícito del Mykola Diadiura y la Orquesta Sinfónica Nacional recibieron aplausos prolongados y cálidos del público numeroso.
Pese a la visita de un perito de la casa Steinway & Sons de Nueva York, los problemas persisten en algún grado y la administración del Teatro Nacional quizá debió insistir en ejecutar la garantía y no darse por satisfecha con los arreglos, insuficientes al parecer, llevados a cabo por el técnico.
Se trata de una obra de juventud, escrita en 1961 en conmemoración de la muerte de la hija pequeña de amigos del músico.
Al final de la función, la luminosa lectura del director y la orquesta resaltó el lirismo de la pieza, el conjunto produjo sonoridad recia y pulida y las secciones respondieron con solvencia a los difíciles retos que la obra les presenta.
Al concluir la interpretación del