Muchos habían perdido la fe de ver en concierto en Costa Rica a la legendaria banda californiana The Offspring. Por eso, cuando el Festival Picnic anunció al veterano grupo de Self Steem como uno de sus invitados, la alegría les llegó a sus fans de una manera inesperada.
Este sábado 17 de febrero, en medio de un evento lleno de colores rosa y la moda coquette, de reguetón, mariachis y nombres populares del pop latinoamericano, también se hicieron notar las camisetas negras de un público que tal vez nunca se habría imaginado ser parte de un Picnic.
Así pasó por ejemplo con Luis Gómez y Diego Fernández, quienes llegaron desde Tibás y San Carlos, respectivamente, a Pedregal, en Belén, donde se realizó el festival. Ellos no se conocían cuando llegaron al recinto, pero empezaron a charlar cuando se sentaron en el suelo a tomarse una cerveza mientras esperaban que pasaran las horas con tal de ver a su banda favorita.
No habían hablado entre ellos hasta que llegamos nosotros a entrevistarlos, pues sus camisetas los delataron como fans de la banda estadounidense.
Diego viajó desde San Carlos en motocicleta, porque no había distancia ni esfuerzo que lo separaran de escuchar por primera -y tal vez única vez- a su grupo favorito en vivo.
Gómez contó que además de los roqueros estadounidenses, también aprovechó para disfrutar de otros grupos más en su gusto que se presentarían en el festival, como Aterciopelados y Auténticos Decadentes. Diego, por su parte, fue categórico que estaba ahí por The Offspring: “Solo por ellos pagué la entrada”.
Estos fans ven como algo positivo la presencia de una agrupación de este tipo en un festival tan diverso, ya que es una oportunidad para que los conozca un público nuevo, pese a sus más de 30 años de carrera.
Por su parte, Marlon Oses y David Morales, vecinos de Desamparados y Alajuelita, llegaron juntos al espectáculo. Ambos son fans de The Offspring de toda la vida.
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Oses contó que apenas se enteró de que el grupo venía por primera vez a Costa Rica (y a Centroamérica), llamó a su amigo para decirle: “Mae, hay que ver qué se hace, lo que sea, pero hay que ir a verlos”.
Compraron juntos la entrada general, así que aprovecharon que ya estaban ahí para disfrutar de otros conciertos. Ellos estaban cerca del stage Jogo porque ahí era donde se iban a desarrollar los shows roqueros.
“Hay géneros para todos, pero me gustó que incluyeran a un público como nosotros, que nos gustan bandas así”, afirmó David.
Ambos coincidieron que de no haber estado The Offspring en la lista de espectáculos, no hubieran comprado entrada para el Picnic, cuyo cartel suele estar dominado por música urbana y pop.
En medio de un encuentro en el que la moda es un punto muy importante, donde el público se preocupa mucho por peinados, ropa, accesorios y zapatos, ellos también se sumaron a la fiebre, pero a su estilo. Los dos estaban identificados con camisetas de la banda.
“Nos fuimos juntos a comprar las camisetas a Vértigo. Estos son nuestros outfits originales que se salen de los brillitos. Seguro la gente nos ve y dice: ‘estos alaban al diablo’”, agregó entre risas David.
La primera vez en Picnic, todo por The Offspring
Aunque la segunda fecha de Picnic tenía música variada como la de Alejandro Fernández, J Balvin y León Larregui, muchos de los asistentes nunca habrían pensado en poner un pie en el evento... hasta ahora.
Así pasó con Valerio Quirós, quien llegó desde la zona de los Santos para ver a The Offspring y por primera vez en su vida ser parte de un Picnic. Acompañado por una hermana y por varios amigos, él dice que jamás se imaginó estar en un evento así.
Él es fan de la banda desde que estaba en sexto grado de la escuela, cuando su mamá le regaló un disco compacto. “Cuando vi la publicación de que venían pensé que era muy tuanis. No hubiera venido a Picnic nunca, hasta ahora”, aseveró.
Quirós, quien se compró una camiseta de The Offspring para la ocasión, dijo que también iba a darse una vuelta por los demás escenarios para conocer un poco más de los otros artistas invitados.
Algo similar sucedió con Greivin Fernández, de Heredia. “Es la primera vez en Picnic y vengo por The Offspring. Me sentí muy feliz cuando me di cuenta de que venían. Los sigo desde que estaba en el colegio. Gracias a la vida y al universo se abrió la puerta para verlos”, comentó.
Él, como muchas otras personas, llegó solo al festival, pero eso no impidió que disfrutara bastante de la experiencia. Aprovechó para ver otros conciertos y le llamó mucho la atención la agrupación nacional The Saint Cecilia.
“Hay quienes piensan que The Offspring no va con el Picnic, pero aquí están y hay que aprovecharlos”, agregó Fernández, quien compró la entrada Picnic Pass, una de las más caras, con el fin de ver lo mejor posible el show de los estadounidenses.
Los Pericos, Los Auténticos Decadentes y el DJ Paul Van Dyk también eran actos que le llamaban la atención, así que gracias a The Offspring aprovechó para matar varios pájaros de un solo tiro.
Así que, en medio de lazos, color rosado, transparencias y brillitos en el maquillaje, las camisetas negras de The Offspring también reclamaron su espacio.