¿Que si siguen con la misma energía? Sí. ¿Tienen la misma calidad de siempre? Sí. ¿Su público los ama sin condiciones? Por supuesto que sí. Todo esto y más se confirmó la noche del sábado en el Tajo del Parque Diversiones durante la presentación que ofrecieron Los Fabulosos Cadillacs en el cierre del festival Grito Latino.
Y es que tras más de 10 horas de música constante, de un sol abrasador, de ventoleros, de polvazales y mucho cansancio no hubo una sola alma (de las miles que asistieron al espectáculo) que se quedara quedita durante el show de los argentinos.
Los Cadillacs entraron con los tacos de frente: El León fue el tema con el que decidieron arrancar. ¡Qué fiestón se armó cuando sonaron los primeros acordes de este clasicazo! La noche pintaba más que bien con este augurio. Los Fabulosos, con toda su experiencia no se la iban a jugar a dejar al público con ganas de éxitos.
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Subieron a escena a hacer lo que saben perfectamente bien desde hace más de 35 años: dar, dar y dar música y amor. Liderados por el cantante Vicentico, la banda (ya veterana), no se deja nada guardado y, por el contrario, fueron especialmente dadivosos en el set list que traían para esta presentación en Costa Rica.
Con un repaso por discos como El satánico Dr. Cadillac, Fabulosos Calavera, El León y Vasos vacíos, Los Cadillacs ofrecieron una dosis exagerada de baile que llevó las emociones al límite. No había chance de descansar ya que a como tocaban V Centenario, también bajaban las revoluciones e interpretaban Siguiendo la luna; lo bueno de todo esta variedad fue justamente el sube y baja de sensaciones que provocaron.
Tras casi dos horas de tocar, el adiós fue con Yo no me sentaría en tu mesa, en la voz de Flavio y con Vicentico en la batería.
Fue un gran cierre para un día exitoso para la música latinoamericana y la costarricense. Una manera espectacular de culminar una jornada extenuante. Bien por los Cadillacs, bien por su talento y bien por su calidad.