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Enrique Iglesias usó en el vídeo la misma camiseta con la que sufrió el accidente del dron, misma que fue reproducida y puesta a la venta para generar fondos y apoyar la causa de Save The Children. (Cortesía Sony Music)
"Manos arriba, esto es un atraco", corearon anoche, en Santader, España, 30.000 fanáticos molestos tras el súbito final de un concierto de Enrique Iglesias.
Fue la única parada de Iglesias en España (y en Europa, de hecho) como parte de su gira Love Sex. El cantante español llenó el estadio El Sardinero y, según reportan los medios ibéricos, ofreció un espectáculo emocionante.
Su presentación, sin embargo, culminó con decepción cuando se marchó sin despedirse del público ni anunciar el final de la velada.
Cuenta el diario ibérico El País que Iglesias reconoció, sobre el escenario, sentirse nervioso por cantar en su país natal y pidió disculpas al público por ello. El Huffington Post informó que el Iglesias tocó apenas una decenas de canciones "y mal tocadas", que no se extendieron más de 90 minutos.
Tras interpretar I like it, que sería el final del concierto aunque el público no lo sabía, Iglesias abandonó el escenario y las luces de El Sardinero se encendieron, mientras el público se mantenía a la expectativa de la segunda parte del espectáculo, que no llegaría nunca.
El público pasó de expectante a confundido y luego a molesto, y 30.000 fanáticos comenzaron a abuchear a Iglesias y a corear reclamos, mientras los responsables de producción comenzaron a desmontar el escenario. La gente, atónita, se marchó del estadio y llevó su indignación a Twitter, donde el tema se convirtió en trending topic.
Iglesias, por su parte, ignoró la polémica y publicó un mensaje de agradecimiento a sus fanáticos, diciendo que había sido una "noche mágica en Santander".